José Antonio Rivera Santivañez, exmagistrado y docente de la Universidad de San Simón participó en la CXIV Asamblea de Obispos de Bolivia, donde señaló que la justicia en Bolivia está en «crisis», por lo que destacó la importancia de la Iglesia en crear conciencia para su transformación, con equidad e igualdad.
«La Iglesia se encuentra en todo el territorio nacional, por lo tanto su labor es muy importante para elevar el nivel de conciencia, sobre la necesidad de transformar la justicia, a partir de la iniciativa ciudadana, porque siempre hay esperanza para cambiar las cosas, para el beneficio de todos», expresó.
Dijo que la justicia «lastimosamente» está sumida en una crisis y lo «último» que se tiene que hacer es perder la esperanza sino sería «desastroso» para los bolivianos. «Esperamos que se transforme la justicia a partir de la acción de la sociedad civil, no podemos esperar a los actores políticos, porque ellos no tienen interés en cambiar el estado de las cosas, porque es favorable para ellos. Pero perjudica a la sociedad civil, al ciudadano de a pie, al ciudadano humilde que tiene que estar lidiando en la policía, en los juzgados día a día».
«Podemos transformar la justicia con la voluntad ciudadana, hay un camino que la Constitución Política del Estado nos permite, hemos hecho un primer intento el año pasado, no hemos llegado a la meta eso no debe significar una derrota, sino al contrario, un reimpulso para que volvamos y generemos una mayor conciencia social, en un diálogo permanente entre la Iglesia con la sociedad civil», enfatizó.
Indicó que esta crisis se debe a muchos factores. «Está fallando el ser humano, existe una crisis moral en la sociedad, tenemos crisis de ética, problemas en la formación profesional, en la organización institucional, problemas de orden económico en la asignación presupuestaria para el Órgano Judicial, de la más baja en el mundo; esto es posible superar, con esfuerzo, con conciencia y una alianza de la sociedad civil, que tome la decisión de ejercer una democracia participativa, que nos permite la Constitución y a partir de eso sentar las bases para una transformación estructural, que no será de la noche a la mañana, en unos cinco u ocho años vamos a ver los frutos», concluyó.