Tras el Censo Nacional de Población y Vivienda 2024, realizado el pasado sábado 23 de marzo en todo el país, de inmediato surge una primera pregunta: ¿El Instituto Nacional de Estadística (INE), cuenta con un área de Comunicación a nivel nacional y regionales? Esto debido a que antes y durante el levantamiento de información poblacional y de viviendas, se notó una gran ausencia comunicacional para informar y orientar a toda la población para ser censada.
Si la tiene, ésta debería haber elaborado una Estrategia de Comunicación matriz, para luego ser compartida con sus nueve regionales, más El Alto, gobernaciones y municipios del país, para luego ser socializada a los habitantes y estantes en todo el territorio nacional. Se notó que hubo una total improvisación a nivel comunicacional y que el Ministerio de Planificación del Desarrollo, del cual depende el INE, tampoco tomó cartas en el asunto.
Si existe la Unidad de Comunicación del INE, dónde estuvo en el momento previo de la socialización que el Censo de Población Vivienda 2024 debería haber tenido, para evitar las malas interpretaciones sobre varias de las fases previas que tuvo la misma antes de su realización. Por lo que quedó demostrado que no bastaron las declaraciones en conferencias de prensa que hicieron la máxima autoridad ejecutiva del INE y la máxima responsable del Censo para aclarar las nebulosas que se presentaron sobre el particular.
Hoy una Estrategia de Comunicación debe contar de manera imprescindible con los llamados Talleres de Socialización, herramienta que en los últimos años se ha incorporado a las diversas acciones comunicacionales que llevan a cabo tanto las instituciones públicas como privadas para conseguir sus objetivos (eso es justamente lo que le faltó hacer al INE para que el Censo de Población y Vivienda 2024, pueda tener la aceptación del caso).
Su gran ventaja es que puede desarrollarse en un ambiente grupal y participativo, haciendo posible los intercambios de experiencias y con ello, la generación de múltiples y mutuos aprendizajes.
La realización de estos talleres de socialización, debían haber contado con exposiciones especializadas (comunicadores-capacitadores) que proporcionen información clara y precisa sobre lo que sería y lo que se esperaba del Censo de Población y Vivienda 2024 a representantes-asistentes (colegio de profesionales, universidades, instituciones civiles, juntas vecinales, habitantes rurales, gremialistas, transportistas etc.) en un determinado tiempo, por lo que además se debía haber generado procesos participativos del auditorio, para clarificar los conceptos censales establecidos en la mencionada actividad y, de esta manera, lograr la apropiación de ellos.
Estas charlas de socialización, además, deberían haber estado acompañadas del diseño de materiales de comunicación (banners callejeros, cartillas informativas, diapositivas, trípticos entre otros) de las partes más importantes del Censo de Población y Vivienda 2024, para que sea estudiado, analizado y discutido en los propios talleres de socialización. Luego los representantes-asistentes de cada agrupación participante debían resocializar con sus bases o afiliados lo acordado con los facilitadores del INE en ese primer encuentro. Posteriormente, en una segunda charla informativa que debería haber existido, llevar sus observaciones, críticas e incluso propuestas sobre cómo mejorar y hacer más llevadera la actividad censal en cuestión.
Una vez cumplida la fase de realización de los talleres de socialización a nivel nacional y regional, recién se debería haber puesto en marcha la etapa de la difusión de spots televisivos y cuñas radiales, como un refuerzo comunicacional. Aspecto que hubiese permitido llegar de manera más óptima y con mejor información a toda la sociedad civil, evitando así las distorsiones que existieron, previamente a lo censal. Además de lo señalado anteriormente, se debería haber contado con una Estrategia en Redes Sociales, teniendo como público objetivo a la población joven del país.
Sin duda que hubiese sido un trabajo titánico, con un despliegue de recursos humanos, económicos y materiales en gran dimensión, pero que a la larga habría dado sus frutos, como el aminorar su rechazo, evitar el acarreo de personas de un lugar a otro, el por qué sobre el uso del lápiz, aclarar las dudas sobre las preguntas en la boleta censal, si estaba permitido qué los propios censistas puedan censar su propia vivienda, si los datos proporcionados por los censados no tendrían una relación indirecta con los impuestos, entre otras dudas que hasta ahora sigue teniendo la población en general.
Lo sucedido, para el Ministerio de Planificación del Desarrollo y el INE, seguramente deja de manera clara una lección aprendida a nivel comunicacional, área del conocimiento que no se debe dejar a la improvisación. Y, ahora más que nunca, queda demostrado que planificar la socialización de una determinada temática, por más pequeña que sea, es importante y mucho más su participación para cualquier actividad de difusión que realice una institución, sea pública o privada.
El autor es Comunicador social.