domingo, abril 28, 2024
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La búsqueda de un líder

Severo Cruz Selaez

El populismo ha engrosado sus filas, recolectando, desde sus inicios, pícaros, mitómanos, oportunistas, busca pegas y aprovechadores. Los más de ellos son conocidos, en la jerga política, como tránsfugas. Éstos, mediante actitudes dudosas, resultaron siendo los nuevos ricos, en un país con elevados índices de pobreza y extrema pobreza. Amasaron fortuna, inclusive, en nombre de los necesitados, de los excluidos y marginados. En nombre de la Pachamama, cuyos cauces de agua, fresca y natural, fueron contaminados con el mercurio, por grupos privilegiados, que explotan la riqueza aurífera.
El populismo se mantuvo en el Poder, conculcando libertades. Persiguiendo a quienes pensaban diferente. Encarcelando, por un supuesto golpe de Estado, a muchos. Fraguando los resultados electorales. Aplicando políticas de amedrentamiento, de amenaza e intimidación, como en las dictaduras, con la consigna de Socialismo del Siglo XXI. Manipulando a los operadores de justicia, para sus fines tenebrosos. Promoviendo la confrontación entre oriente y occidente. Entre citadinos y rurales. Desde entonces algunos, dejaron de usar corbata. Otros optaron por el poncho, de origen español. Es risible.
“En esa forma, crece la resistencia a permitir el retorno de una política populista que, en menos de quince años, precipitó a Bolivia en una crítica situación económica, política y moral, alentada por corifeos del oficialismo” (*).
Por consiguiente, tomando en cuenta esa realidad, anotamos algunos elementos de interés común, ahora que proliferan los aspirantes a la Presidencia, con miras al 2025. El ciudadano de a pie, en este marco, busca un líder que conozca, fundamentalmente, la realidad nacional y la idiosincrasia del pueblo boliviano. Predispuesto a construir un nuevo mundo, con libertad, justicia y equidad. Tolerante con orientales y occidentales, a fin de edificar una Patria unida, integrada y soberana. Que evite, de cara al futuro, el odio regionalista y el derramamiento de sangre. Que no incurra en los mismos errores del pasado mediato e inmediato. Con vocación de servicio al país y a los sectores de escasos recursos. Convencido de que Bolivia es madre de occidentales y orientales.
Un líder que promueva la reconciliación nacional. Que evite, en lo posible, la confrontación entre bolivianos. Que no asuma medidas extremas. Partidario del sentido común, para un venidero mejor. Que incluya, en su agenda, la amnistía y libertad para los exiliados y presos políticos. Entre éstos están no solo civiles sino militares, no solo hombres sino mujeres. Que edifique, en consecuencia, puentes para el encuentro de todos los compatriotas, sin distinción de credos religiosos ni colores políticos. Con principios de honestidad, desinterés y amor a la Patria. Un líder predispuesto para servir a ella, renunciando, si es posible, a jugosos emolumentos. Sin nexos con dictadores ni con quienes provocan terror en el mundo.
En suma: Dios quiera que surja un líder de esa contextura política.

(*) “Veto a la candidatura terminal de Evo Morales”. EL DIARIO, La Paz – Bolivia, 19 de enero de 2024.

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