martes, mayo 21, 2024
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Los aeropuertos de cuarta generación

Daniel Navajas Orellana

En los últimos meses de la gestión pasada, Lima Airport Partners (LAP) como administrador aeroportuario, ha dado a conocer a la comunidad aeronáutica y a los usuarios en general, que vienen realizando distintas obras referidas al Proyecto de “Ampliación del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez”, ubicado en la ciudad de Lima, Perú.

Quienes, junto a diferentes operadores aeroportuarios y los principales inversionistas del mercado, van desarrollando la primera “Ciudad Aeropuerto de Latinoamérica”, misma que integrará el puerto del Callao, el Aeropuerto Internacional Jorge Chávez (AIJC) y la ciudad Metropolitana de Lima.

La “Ciudad Aeropuerto” o Lima Airport City, de acuerdo con LAP, es una visión del futuro, un proyecto que inicia con la apertura del nuevo Jorge Chávez y se extenderá más allá del año 2051.

Así, el nuevo Jorge Chávez será más que un aeropuerto: será una ciudad moderna y vibrante con pistas de aterrizaje y despegue a su alrededor, convirtiéndose en un gran distribuidor aeroportuario internacional (HUB), contando con una amplia oferta de formas de transporte para personas y carga.

Además, comprenderá numerosas instalaciones destinadas a actividades aeronáuticas y no aeronáuticas, como áreas logísticas y de carga, hangares, oficinas, almacenes, estacionamientos, hoteles, tiendas, entre otros.

Otro ejemplo, que contempla la nueva visión de la infraestructura aeroportuaria es la construcción de la nueva “Terminal E del Aeropuerto Internacional Logan” de Boston en Estados Unidos, la cual no es una terminal de pasajeros común.

Los trabajos de mejoramiento y ampliaciones realizadas en  esta terminal internacional, que fue inaugurada en agosto del 2023, hacen que se destaque a diferencia de otras, porque  no tiene las características típicas de una terminal aeroportuaria; por lo contrario, predominan las curvas continuas, techos elevados y paredes de cristal que proporcionan luz natural en el interior de la infraestructura, espacios amplios de circulación de comercio y  que, en general, proporcionan  tranquilidad al pasajero, antes de abordar su aeronave.

Desde arriba, la terminal luce como un bumerang gigante de color rojo, cuya forma y color contrastan con las estructuras convencionales que la rodean. Su disposición curvilínea no fue simplemente una decisión estética, sino que se basó en un diseño estratégico.

Si bien conserva la funcionalidad, el diseño también se centra en brindar una experiencia mejorada para los pasajeros teniendo en cuenta todos los aspectos, desde los arquitectónicos hasta los diferentes usos operativos propios de una terminal aérea.

La curvatura facilita el movimiento intuitivo de los pasajeros, mientras que los interiores amplios y abiertos, ofrecen lugares espaciosos para comida, compras y áreas de trabajo. Las paredes están cubiertas por metros de ventanas polarizadas que bañan la terminal de luz natural y, al mismo tiempo, proporcionan espacios abiertos para reflejar las vistas emblemáticas del paisaje urbano del puerto de Boston.

El efecto global, es el de un edificio único y excepcional, que no se compara a ninguna otra terminal aeroportuaria del mundo.

En contraparte, las terminales de los aeropuertos tradicionales, priorizan la funcionalidad sobre todo lo demás y, por lo general, se caracterizan por formas rectangulares, amplias y funcionales, corredores rectos, cielorrasos y áreas claramente delimitadas.

Los ejemplos mencionados, nos hacen visibilizar que también las terminales aéreas, tanto en su diseño como en su construcción, van cambiando y evolucionando, pasando por etapas o generaciones para brindar mayor seguridad y comodidad a los usuarios.

Actualmente, a nivel mundial, nos encontramos en una etapa denominada de “cuarta generación” en el diseño y construcción de infraestructuras aeronáuticas.

Las instalaciones de “primera generación”, eran pequeñas y estrictamente funcionales, proporcionaban accesos directos a los aviones y requerían que los pasajeros llevaran su propio equipaje.

Las de “segunda generación”, incorporaron el traslado de equipaje y medidas de seguridad básicas.

Los aeropuertos de “tercera generación” eran básicamente centros comerciales donde despegaban y aterrizaban aviones.

Actualmente, las terminales de “cuarta generación” son espacios centrados en los pasajeros que funcionan como centros urbanos dinámicos y visualmente atractivos, donde los visitantes pueden cenar, comprar, trabajar o relajarse según sus deseos, siempre que no tengan que correr hacia una puerta de embarque alejada para hacer una conexión o iniciar su viaje.

Aun así, estas terminales aéreas no pueden estar separadas de su entorno, necesariamente deben contar con accesos desde los centros urbanos, mediante vías terrestres como carreteras, metros subterráneos o de superficie que transporten a los pasajeros desde su vivienda u oficina hasta la terminal.

Hay que recordar, que el aeropuerto siempre genera economía a su entorno inmediato y mucho más, si el mismo se convierte en “ciudad aeropuerto” o aeropuerto de “cuarta generación”.

Los aeropuertos bolivianos, van transcurriendo estas etapas de crecimiento o transformación, pero es recomendable plantear nuevos diseños con las características descritas, pero, sobre todo, que se encuentren enmarcados en su entorno y la utilización de nuevas tecnologías.

 

El autor es Master en Diseño y Gestión de aeropuertos.

 

navajas.d@gmail.com

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