lunes, mayo 20, 2024
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Censo 2024: Identidad étnica y uso de lengua originaria

Luz Castillo Vacano

En octubre de 2023, el Instituto Nacional de Estadística (INE) presentó la boleta que será aplicada en el Censo de Población y Vivienda 2024. En ella existe una batería de preguntas referidas a la identidad étnica y al uso de lenguas originarias: “32. ¿Se autoidentifica con alguna nación pueblo indígena originario campesino o afroboliviano?, ¿Con cuál?; 33. ¿Qué idiomas o lenguas habla?, según el mayor uso; 34. ¿Cuál es el primer idioma o lengua en el que aprendió a hablar en su niñez?” (https://censo.ine.gob.bo/). Los servidores públicos del INE y medios de comunicación comentan esta batería haciendo alusión a la autoidentificación de las personas con un pueblo indígena. Sin embargo, cabe referir la interpretación conceptual que se dio a esta batería después del Censo de 2001.
Tanto en el Censo de Población y Vivienda de 1991 como en el de 2001 aparecían preguntas similares referidas a la autoidentificación, la lengua materna y la lengua que se habla actualmente. Como explican Ramiro Molina B. y Xavier Albó C. en la obra “Gama étnica y lingüística de la población boliviana” (2006), en el año 2004, a partir de la información que presentó el Censo 2001, los autores Ramiro Molina B. y Milenka Figueroa, con el apoyo de Celade, PNUD, Udape y el INE, propusieron la categoría de análisis transversal llamada “condición étnico lingüística”. Esta categoría se construyó, precisamente, a partir de tres variables: auto pertenencia, lengua que habla y lengua que aprendió a hablar en la niñez. La auto pertenencia hace referencia a la dimensión étnica en el sentido de “pueblo”, mientras que las otras dos variables se relacionan con la dimensión sociolingüística de la población. Estos autores buscaban conocer la proporción de indígenas en la sociedad boliviana en la que se incluía el uso de la lengua originaria. De esa forma, propusieron tres formas en que se podía gozar de la categoría de indígena: ser un “indígena pleno”, ser un “indígena parcial” y ser un “indígena solo por auto pertenencia”. En caso contrario la persona podía ser “no indígena”.
Esta innovación metodológica y conceptual implicaba establecer la proporción de indígenas y no indígenas con base en un elemento más concreto y observable como la lengua, superando la sola autoidentificación. De esta forma la aplicación de la matriz indicada arrojó que el 66.4% de la población boliviana era indígena en algún grado, mientras que el 33.6% no lo era.
Esta preocupación obedeció a que hasta ese momento no se contaba con parámetros que permitiesen establecer quién es indígena y quién no. Hasta hoy esta forma de clasificación social reviste importancia debido a las políticas públicas orientadas a conservar las diferencias entre ambos grupos.
Si se decide usar la categoría “condición étnico lingüística” se deberá realizar el cruce entre las tres variables descritas, es decir, autoidentificación, lengua materna y lengua que habla, para obtener la proporción de personas indígenas y no indígenas. De lo contrario, sólo se considerarán las tres variables en forma aislada, creando la percepción de que los “indígenas” lo son solo en tanto se auto adscriban a una categoría indígena. Esto conduciría al espejismo basado en la dicotomía entre “indígenas” y “no indígenas” sin posibilidad de pensar en una gama étnica y lingüística.

La autora es antropóloga.

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