Comerciar, no producir, línea económica oficial

Hace algunos días, representantes del régimen del Estado Plurinacional y empresarios privados se pusieron de acuerdo para firmar un pacto financiero de diez puntos, cuyo contenido en general es fomentar el comercio con el exterior, con el objetivo de atraer dólares, de los cuales el gobierno ya no dispone, al contrario de lo que sucedía en tiempo de las “vacas gordas”, cuando los ingresos eran enormes por la venta de gas en grandes cantidades al Brasil y la Argentina. Actualmente la divisa norteamericana ya no llega en cantidad suficiente al país, debido al cambio de las condiciones económicas internas y mundiales.
La esencia de los diez puntos es de carácter comercial y está dirigida a favorecer a la economía del oriente del país y atender las solicitudes de los empresarios de esa región que, desde hace tiempo estaban presionando al gobierno nacional para que adopte medidas en el sentido del acuerdo recién suscrito.
La firma de dicho pacto tiene otra característica. En efecto, los empresarios lo propusieron en momentos en que el gobierno nacional se encontraba en el momento de mayor debilidad, como producto de la falta de dólares, del bloqueo de caminos decretado por Evo Morales, dificultades en la Asamblea Legislativa, parálisis en las actividades parlamentarias para aprobar la realización de elecciones judiciales y otros numerosos puntos cadentes, en relación con la economía y la política del país.
El contenido básico del acuerdo es comercial para el Oriente, no está dirigido a impulsar la producción del país y mucho menos la de la extensa e importante región occidental, que comprende el altiplano, valles mesotérmicos y yungas, que antes eran la fuente de alimentos y divisas y ahora, por falta de apoyo, se encuentran en estado de ruina y decadencia próxima a la muerte, sin que el Ministerio de Economía perciba la gravedad del asunto.
De esa forma, en primer lugar, se observa que la actual política económica del Estado Plurinacional está dirigida más al comercio que a la producción, apoyándose en la antigua concepción de que el comercio es la base del desarrollo. En segundo término, se confirma que la economía del país habría sufrido un abrupto golpe de timón y ha puesto en aplicación una política por la cual el objetivo único son los ingresos de dólares y no las actividades productivas, o sea la filosofía de que lo importante son las ganancias y no el proceso de producir.