jueves, mayo 16, 2024
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La “politiquería”

Lino Mamani Quispe

Se paga caro el llegar al poder: el poder vuelve estúpidos a los hombres… – Nietzsche.

Un partido político es una estructura viviente, cuyos miembros funcionan para dar vida a ese organismo. Si sus miembros no quieren dar sus vidas al cuerpo viviente del cual son parte, la estructura orgánica fallará en su funcionamiento, como consecuencia habrá decaimiento. Mientras la estructura orgánica persista en luchar y recobrar las fuerzas, los enemigos externos apoyarán su pronta extinción.
Los que hacen política por lealtad a su “pega”, a su ambición material, a su egocentrismo, no hacen otra cosa que ser leales a su estómago o sentimientos individualistas. Estos sujetos no saben qué es la política, sólo conocen la ambición material y sus vicios biológicos perversos. A ellos se los conoce como “politiqueros”, que pululan en todas las esferas políticas, como “carroñeros” disfrazados de políticos, cuyo fin no es defender sus ideales, sino robar los recursos del Estado.
Por esta razón, los pocos recursos que debieron llegar al pueblo, se quedan en bolsillos de los politiqueros. Las arcas del Estado están sostenidas por los trabajadores y sus familias, que día a día van generando centavo a centavo con su trabajo, contribuyendo a que el país progrese. Ese dinero recaudado, fruto del trabajo diario, llega a las arcas del Estado, luego lo despilfarran, roban y gastan en cosas insulsas, con lo que se empobrece cada vez más al pueblo, en cambio, engordan los que han llegado al poder mintiendo y creando falsas esperanzas.
El pueblo en cada periodo electoral es engañado con discursos demagógicos sobre engrandecimiento de las virtudes del pueblo. Pero una vez alcanzado el poder, los políticos se olvidan de los principios ideológicos que pregonaron en las etapas electorales, demostrándose así que la lealtad a los principios ideológicos, fueron traicionados, sin considerar que esos principios les han hecho ganar en las urnas. Concluido el conteo electoral, son echados al basurero electoral. Luego el politiquero se saca la camiseta del partido político que lo llevó al poder y se pone la camiseta de su ambición, codicia y deseos biológicos ilimitados, a la que llama “camiseta del pueblo”. Esta estrategia politiquera, la utilizan para que el pueblo no se dé cuenta del engaño.
Por estas conductas dolosas, en Bolivia no tenemos políticos, sino “parásitos de la política”, los cuales, en cada periodo de ejercicio del poder, nos van hundiendo a los ciudadanos, privándonos del derecho al desarrollo y progreso, quitándonos a los bolivianos el derecho a “vivir bien”.
A los gobernantes de turno, elegidos por el voto popular, sólo les importa agrandar ilícitamente su patrimonio y de todo su entorno familiar. En concreto, sufren una metamorfosis violenta, pasando de ser un partido político, a una pandilla de “asociación delictiva”, con la finalidad de robar al pueblo sus pocos centavos y convertirse de la noche a la mañana en magnates de cosas materiales, satisfaciendo sus deseos perversos e insaciables. Y los pocos que trabajaron o trabajan con apego a la lealtad política, son asesinados, encarcelados, torturados, perseguidos o arrinconados con la boca cerrada, bajo amenaza de muerte o de procesos judiciales inventados.
Para concluir, los principios de un partido político, expresan una visión de país, ésta es ofertada en las urnas. Si un partido gana en las urnas, gana esa visión y el pueblo elector la hace suya, por tanto, ser leal en política, significa ser leal al pueblo elector, a la Patria y a la Nación. En suma: es la fidelidad al pacto electoral, que se celebra en las urnas entre los ciudadanos y sus futuros gobernantes.

El autor es Licenciado en Filosofía.

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