Sobre mercaderes e ineptos en educación

Como es usual, cuando se acerca el inicio de las labores educativas en el país, surgen discrepancias entre las autoridades del sector y los representantes de establecimientos privados en relación con la subida de pensiones. Y como desde hace aproximadamente quince años, también aparecen declaraciones oficialistas vehementes, al parecer por el deseo de aparentar que se vela por la economía familiar.
En ese sentido, la principal autoridad en Educación, luego de que la Asociación Nacional de Colegios Privados (Andecop), informara que el aumento en pensiones escolares se hará mediante acuerdos internos, calificó a representantes de esa entidad como “mercaderes” de la educación. Sin embargo, también dijo que el gobierno no descarta dicho incremento, pero previo diálogo y según características de cada unidad educativa. Finalmente anunció que este lunes comenzarán las inscripciones de estudiantes, sin aumentos en pensiones. ¿Hay una posición clara sobre el asunto?
En primer lugar, si la intención verdadera para resolver el problema es conversar y analizar cada caso, resulta por demás ese calificativo, salvo que se quiera impresionar a padres de familia y conseguir apoyo electoral para el partido gobernante. Luego, en el mundo hay educación pública y educación privada, excepto en países con ideología extremista, que tienden a imponer el pensamiento único, aunque haya fracasado hasta ahora.
Por otra parte, si ahondamos en el tema, señalemos que el Estado tiene la obligación de garantizar una educación de calidad. Pero, ¿ese es el caso de Bolivia? En general no, por lo que muchos padres de familia hacen grandes esfuerzos económicos para que sus hijos puedan ingresar a unidades educativas privadas, a fin de eludir problemas como frecuentes paralizaciones de labores en el sector fiscal o un bajo nivel de formación, por varios factores.
Se podría decir mucho sobre el estado de nuestra educación, pero basta mencionar la currícula actualizada que el gobierno trata de imponer a todas las unidades educativas, sin suficiente respaldo argumental. Se habla de la incorporación de temas como sexualidad, formación financiera, robótica, despatriarcalizacion, etc., pero, ¿serán desarrollados tales conceptos por expertos en tales materias?, al parecer solo se trata de improvisar para hacer creer que hay adecuación a los cambios que experimenta el mundo actual.
Por ello, es urgente debatir con amplia participación de instituciones académicas, sobre lo que se necesita para garantizar una educación de calidad, a fin de que los nuevos profesionales puedan contar con suficiente preparación para obtener empleos sin dificultades. En caso contrario, seguirá aumentando el desempleo de egresados universitarios, como muestra de la ineptitud de autoridades del sector, que debían analizar muchos aspectos, como el mercado laboral.
En el sector fiscal, niños y jóvenes necesitan mejor infraestructura, mayor acceso a herramientas tecnológicas y docentes con especialidades para impartir nuevas materias. Y solo con una sana competencia entre unidades educativas del Estado y privadas para brindar mejor educación, con frecuentes evaluaciones, el país podrá lograr verdadero desarrollo.