domingo, mayo 12, 2024
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Deseos para el año 2024

Desde tiempos remotos es usual pedir deseos al final de cada año, para que de un modo u otro se hagan realidad. Las peticiones son expuestas sobre todo por los niños, a Santa Claus, personaje que nada tiene que ver con nuestra cultura ancestral, pero que con el paso del tiempo se impuso, incluso en estos sitios del orbe. Lo cierto es que todos hacen sus pedidos, aunque de distintas maneras, para que cambie su situación, máxime si se hallan de mala racha. De ahí que, cerca al final del año 2023, se hace menester formular buenos deseos, a fin de que todo mejore en el país.
Empezamos. Desde hace tiempo se escucha decir “los censos de población y vivienda son para conocer las verdaderas y reales necesidades que afrontamos los bolivianos, y así solucionarlos”. Por supuesto que lo mismo se dice sobre el que se realizará próximamente. Entonces, los bolivianos piden hoy: “ojalá que luego de la realización del censo, se resuelvan de verdad todos los problemas que identifique el mismo, lo que no ha estado sucediendo en las últimas décadas”.
Otro deseo es que haya mayor seguridad, que la gente pueda caminar libre y tranquilamente por las calles, pues, año que pasa, la realidad resulta ser peor, por las andanzas de los delincuentes. También piden que políticos y “politiqueros” dejen de lado el bla, bla, bla sin sentido, sus intereses político-partidario-sectarios, que piensen en Bolivia y los bolivianos, lo que no pasa hace rato; que sean alejadas “izquierdas” y “derechas”, por su fracaso rotundo en la época precedente y porque sólo viven a costillas de la ya maltrecha democracia.
Otra aspiración es “que cualquier persona pueda vender cualquier chuchería en las vías públicas, y no sólo los comerciantes agremiados o sindicalizados, que se creen dueños de las aceras y otros sitios públicos y no permiten a otras personas, también necesitadas, ganar algunos billetes”.
Hay más: en España piensan construir unas 184 mil viviendas y darlas con un bajo alquiler a quienes necesitan una casa. En Bolivia se debiera edificar unas 500 mil y alquilarlas con un bajo canon y así frenar a voraces arrendadores. Además, que el ciudadano desocupado también reciba una subvención, así sea pequeña, como lo hace el transportista, el panificador, los agroindustriales y hasta “narcos” que reciben el combustible subvencionado, entre otros sectores sociales.
Claro que solamente se trata de deseos. Y es que Santa Claus, ese simpático y sonrosado personaje de los regalos navideños, al ser únicamente de ficción, no podrá atenderlos y todo continuará siendo una ilusión, pues no olvide que el mismo hombre es lobo del hombre. Y por cierto que la lista de buenos, justos y cabales deseos es muy extensa, sin embargo, como suelen exclamar muchos, “soñar no cuesta nada”. Y colorín colorado, este cuento se acabó.

www.dafohe.com

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