Rutinario mensaje del primer mandatario

El martes pasado, el presidente del Estado Plurinacional, Luis Arce Catacora, dio un mensaje por el tercer año de labores de su gestión. Como es tradicional, el informe no pasó de ser una exposición sobre algunos aspectos de las actividades realizadas, sin llegar a conclusiones que son muy necesarias, particularmente ante la difícil situación económica actual. Por ello, obrar de acuerdo con la realidad del país, es lo que siempre espera la opinión pública, más aún por los difíciles momentos que soporta la población.
Los datos acerca de proyectos económicos fueron reiterados como en el año anterior, aunque con signos de optimismo, más a largo que a corto plazo. Pero, a la vez, no dejó de guardar silencio sobre cuestiones sustanciales de las finanzas nacionales, como la alarmante disminución de las reservas internacionales, los efectos que podrá tener para el futuro, las medidas que se estaría adoptando al respecto y otras.
En el aspecto político, la autoridad presidencial mostró preocupación al pronosticar que su administración es objeto de la amenaza de “golpe”, de sabotajes y otras dificultades. En ese sentido, lo que resalta de esta parte del mensaje es que volvió a referirse a un “golpe de Estado”, aunque sin hacer referencia a quiénes lo auspician y sus posibilidades de éxito o fracaso.
Esa denuncia abstracta de movimientos subversivos desestabilizadores ha puesto susceptibles a partidos políticos que subsisten en el país y no ha dejado de crear un estado de nerviosismo entre la población que, por lo demás, no tiene tranquilidad para desarrollar sus actividades cotidianas, debido a frecuentes marchas de protesta o bloqueos de vías.
De otra parte, pese a que al gobierno de Luis Arce solo le quedan dos años de gestión, no hizo alusión a los grandes problemas del país, como ser el minero, industrial, agrario y otros temas estructurales que causan impacto en la situación del país. Por el contrario, varias veces se ha advertido que en asuntos de mínima cuantía se pierden las autoridades, sin tener ni idea de la perspectiva histórica.
En síntesis, se podría evaluar el mensaje presidencial como positivista, tradicional y rutinario, acorde con una corta gestión hasta ahora, pero que se encuentra obstaculizada por diferencias políticas con el sector radical masista de Evo Morales, en medio de una emergente campaña electoral, con miras a la gestión presidencial del año 2025.