domingo, junio 16, 2024
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Prematuro tiempo electoral

Vivimos un tiempo prematuramente electoral. En consecuencia: ha surgido uno que otro candidato, con movilizaciones multitudinarias, que tratan de medir fuerzas. Unos desde el trópico y otros desde el occidente. Parece que estuvieran priorizando, con mucha antelación, la actividad electoral, posponiendo problemas nacionales apremiantes, como crisis económica, pobreza, desempleo, comercio informal, corrupción, narcotráfico, contrabando, inseguridad ciudadana y jurídica. A todo ello se suma la sequía, por el cambio climático. Pero se impone el interés personal de los que practican política y dieron, quiérase o no, ese paso, en falso.
“Aun pediré otro premio a la nación: el de no destruir la obra de mi creación; de conservar por entre todos los peligros la independencia de Bolivia” (*), expresa el histórico mensaje del Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre, emitido cuando dejaba el mando supremo. Su contenido cayó, infelizmente, en saco roto, porque hoy es otra la situación.
Aquellos que asumieron el Poder, con el rotulo de izquierda, hace 17 años, han manipulado la verdad para tender cortinas de humo, a fin de encubrir falencias, en la gestión gubernamental. Para despertar falsas expectativas en la población. Para seguir detentando el Poder. Para seguir lucrando con el erario nacional. Para perpetuarse en la administración pública.
Ahora, los que incurrieron en errores gubernamentales, pretenden ser los “salvadores” de Bolivia, que se encuentra exánime por la adversidad que marcó, desgraciadamente, el agotamiento del GAS. Para el colmo, sin esperanza, de retornar al mar. El país fue defraudado por los charlatanes, que se dedicaron hacer politiquería y gobernaron inspirados en libretos de las dictaduras de la región. Sembraron a su paso discriminación y racismo, el enfrentamiento entre oriente y occidente, entre rurales y citadinos. Se desmarcaron del ideario de unidad y alentaron la división.
Pero la ciudadanía alcanzó hoy, una increíble cultura política. Un logro de estos 40 años del sistema de libertades. Lo que no ocurría hasta antes de la restitución de la democracia en 1982. La gente entonces no concebía siquiera lo que significaba la democracia, sino que cada quien defendía sus postulados de tinte izquierdista, derechista o militarista. Pero ahora sabe quiénes son los líderes que se han desgatado, en democracia. Quienes han perdido el liderazgo, por ciertos despropósitos. Quienes gozan del respaldo popular, tanto del oriente como del occidente. Quienes no tienen ese apoyo regional y están perdidos. Los bolivianos han aprendido a identificar a los que manipularon y manipulan, según sus mezquinos intereses, la verdad histórica.
En suma: he ahí un pantallazo, de nuestra realidad.

(*) Tomás O´ Connor d´ Arlach: “Los Presidentes de Bolivia – desde 1825 hasta 1912”. González y Medina, La Paz, Cochabamba y Potosí – sin año. Pág. 34.

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