sábado, mayo 18, 2024
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Grotesco fracaso de huelga campesina

Un reciente anuncio del expresidente Evo Morales, para realizar una huelga de campesinos en todo el país, terminó en el más ostentoso fracaso y él ni siquiera tuvo oportunidad de mover a un campesino, pese a de que con dicha convocatoria se pretendía paralizar la economía nacional, bloquear caminos y dejar sin alimentos a poblaciones urbanas.
El pretexto para esa temeraria movilización tenía varias causas, entre ellas ir contra el gobierno, por la creciente presión que se le atribuye para dividir algunas organizaciones campesinas: asegurarse de que la población rural estaba a favor de Morales; confirmar que los “movimientos sociales” estaban unidos y lo seguían apoyando; creer que su popularidad está en ascenso y no en caída libre, asegurar una base para lanzarse a la candidatura presidencial con miras a las elecciones de 2025 y otras muchas, que son producto de su imaginación calenturienta.
Pero, llevada la convocatoria a la práctica, más del 90 por ciento de la población rural del país no se movilizó y hasta despreciaron la demanda de Evo Morales. Se opusieron radicalmente al paro los campesinos de Santa Cruz, Yungas y el altiplano de La Paz, los sindicatos de Cochabamba, Potosí, Chuquisaca y Oruro, así como organizaciones menores de otros distritos. Si hubo algunos apoyos a la huelga general, solamente provinieron de adictos al exmandatario, por ofertas de prebendas y de otro tipo.
Lo que ha confirmado la realidad es que Morales no tiene apoyo masivo de las masas campesinas del país, debido a que muchos de ellos se han dado cuenta que este exgobernante indígena fue el mayor enemigo de los indígenas durante quince años, porque dictó medidas totalmente contrarias a la población nativa. Y es que, en realidad, perjudicó a los indígenas, particularmente al haberles arrebatado el derecho de propiedad y hasta la misma propiedad de la tierra con que fueron beneficiados hace décadas por la Reforma agraria.
No obstante, Morales atribuyó el completo descalabro del llamado a una huelga general campesina, a causas extrañas, como que “el cojo echa la culpa al empedrado”. Al verse abandonado, dijo que el paro era suspendido hasta otra oportunidad, pero se prevé que será un desastre mayor.
El calamitoso fracaso de esa huelga anunciada ha servido para asegurar que el campesinado del país ya no tiene relación con el MAS ni su caudillo, que ya han sido desplazados al basurero de la historia.

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