domingo, mayo 19, 2024
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Once niños mueren o desaparecen por día al intentar cruzar el Mediterráneo

Se calcula que al menos 289 niños y niñas han muerto o desaparecido este año al intentar cruzar la peligrosa ruta migratoria del Mediterráneo Central desde África del Norte hasta Europa, según Unicef. Esto equivale a una cifra de casi 11 niños que mueren o desaparecen cada semana en su búsqueda de seguridad, paz y mejores oportunidades.

Desde 2018, Unicef estima que alrededor de 1.500 niños y niñas han muerto o desaparecido mientras intentaban cruzar el mar Mediterráneo Central. Esta cifra representa 1 de cada 5 de las 8.274 personas que han muerto o desaparecido en la ruta, según los registros del Proyecto Migrantes Desaparecidos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

Muchos de los naufragios que se producen en la travesía del Mediterráneo Central terminan en la muerte de todas las personas a bordo o simplemente no se registran, por lo que el número real de víctimas infantiles es prácticamente imposible de verificar y probablemente sea mucho mayor. En los últimos meses numerosos niños, niñas y bebés han perdido la vida en esta ruta, en otras rutas que cruzan el Mediterráneo y en la ruta atlántica desde África Occidental. Esto incluye las recientes tragedias ocurridas frente a las costas de Grecia y las Islas Canarias españolas.

«En un intento por encontrar seguridad, reunirse con la familia y buscar un futuro más esperanzador, un gran número de niños y niñas se embarcan en las costas del Mediterráneo solo para perder la vida o desaparecer en el camino», ha declarado Catherine Russell, Directora Ejecutiva de Unicef. «Esta es una clara señal de que se deben tomar más medidas a fin de establecer vías seguras y legales para que los niños y niñas accedan a servicios de asilo, al tiempo que se refuerzan las operaciones para rescatar vidas en el mar. En última instancia, hay que hacer mucho más para abordar las causas profundas que fuerzan a los niños a arriesgar sus vidas en primer lugar».

Unicef calcula que, desde enero de 2023, 11.600 niños y niñas –una media de 428 niños a la semana– han llegado a las costas de Italia desde África del Norte. Esto supone más del doble en comparación con el mismo periodo de 2022, a pesar de los graves riesgos que corren los niños y niñas. La mayoría de ellos parten de Libia y Túnez, tras haber realizado peligrosos viajes desde países de África y Oriente Próximo.

En los tres primeros meses de 2023, 3.300 niños –el 71% de todos los que llegan a Europa por esta vía– fueron registrados como no acompañados o separados de sus progenitores o tutores legales, lo que los expone a un mayor riesgo de violencia, explotación y abusos. Las niñas que viajan solas corren mayores peligros de sufrir actos de violencia antes, durante y después del viaje.

El Mediterráneo Central se ha convertido en una de las rutas más peligrosas para la infancia. Sin embargo, el riesgo de muerte en el mar es sólo una de las muchas tragedias a las que se enfrentan estos niños y niñas: también están expuestos a sufrir amenazas o actos de violencia, falta de oportunidades educativas o de futuro, redadas y detención de inmigrantes o separación de la familia. La escasez de vías que tienen los niños para desplazarse con seguridad, la falta de acceso a la protección en los países por los que transitan y la insuficiencia y lentitud de las operaciones de búsqueda y rescate agravan estos riesgos.

En consonancia con las obligaciones derivadas del derecho internacional y la Convención sobre los Derechos del Niño, Unicef pide a los gobiernos que protejan mejor a los niños y niñas vulnerables en el mar y en los países de origen, tránsito y destino mediante las siguientes acciones:

Proteger los derechos y el interés superior del niño de acuerdo con las obligaciones derivadas de la legislación nacional e internacional.

Proporcionar vías seguras y legales para que los niños y niñas emigren y solicitan asilo, incluida la ampliación de los casos de reunificación familiar y de la cuota de reasentamiento de refugiados.

Reforzar la coordinación de las operaciones de búsqueda y salvamento y garantizar un rápido desembarco en lugares seguros.

Reforzar los sistemas nacionales de protección de la infancia para incluir y proteger mejor a los niños y niñas expuestos a la explotación y la violencia, en particular a quienes no están acompañados.

Mejorar las perspectivas de los niños, niñas y adolescentes en los países de origen y tránsito abordando los conflictos y los riesgos climáticos y ampliando la cobertura de la protección social y las oportunidades de aprender y ganar dinero.

Garantizar que los niños y niñas tengan acceso a información que les permita tomar decisiones seguras y con conocimiento de causa sobre sus opciones y los peligros de cruzar estas vías marítimas.

Mantener el aprendizaje de todos los niños y niñas refugiados e inmigrantes y ofrecerles acceso a la sanidad y otros servicios esenciales

Unicef también pide a la Unión Europea que garantice que todo lo anterior se refleja en el Pacto de la Unión Europea sobre Migración y Asilo, que se está negociando en estos momentos.

Unicef continúa su labor de apoyo a los países para reforzar los sistemas nacionales de protección de la infancia, protección social y mejora de los sistemas de migración y asilo con el fin de prevenir y mitigar los riesgos a los que se enfrentan los niños cuando se desplazan y proporcionar apoyo y servicios inclusivos a todos ellos, independientemente de su situación legal o la de sus progenitores.

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