domingo, mayo 12, 2024
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RIMBA, ‘ARCÁNGEL’ DEL FÚTBOL BOLIVIANO

Miguel Arcángel es conceptualizado por varias religiones en los distintos países del mundo, como el defensor de la Iglesia, anunciador de la venida de Cristo y vencedor de los ángeles caídos, que por serlo, le hacen daño a las almas creyentes. También la tradición reza que cualquier niño que sea bautizado con este nombre, tendrá una misión importante en su sociedad, en su familia, en sus actividades.
El primer día de noviembre de 1967, en la hermosa ciudad de Riberalta, Beni, nacía un niño, en el seno de una numerosa familia, al que sus padres, decidieron llamarlo Miguel Ángel. Señal inequívoca de un ser, que a la postre se convertiría en el defensor del equipo del fútbol nacional, que más satisfacciones nos dio a los bolivianos.
“Tuve una infancia dura porque en mi familia había muchas necesidades -en la casa- y no había mucho tiempo para practicar al fútbol. Pero siempre había momentos para el ‘junte’ con los amigos de mi barrio, el de las calles Beni y Mamoré, en Riberalta, donde nací. Por ser la avenida más ancha, reuníamos cuatro ladrillos hacíamos nuestro arquito y jugábamos. En mi familia también era lo mismo, éramos diez hermanos, ocho varones y dos niñas, entonces nos alcanzaba para formar dos equipos de fútbol y practicar…” inicia su relato exclusivo para RETRO FÚTBOL, Miguel Ángel Rimba.
El defensor lateral insustituible de “La Verde”, recuerda que inició su romance con el fútbol cuando era muy pequeño. “Desde que tengo uso de razón, serán 6 o 7 años, yo ya jugaba en las polvorientas calles de mi ciudad natal. Normalmente, con mis amigos practicábamos en la noche, porque en el día tenía que ayudar a mis papás en el trabajo diario. Aprovechando la luz de la luna, protagonizábamos emocionantes encuentros, hasta que los mayores se cansaban de la bulla y nos metían a nuestras casas para que descansemos…”, rememora y sonríe.
Por esa su afición, a sus 20 años llegó a jugar en Universidad que participaba en la Primera A de la Asociación del Fútbol de Santa Cruz, luego de que asistiera a un nacional juvenil, representando a Beni, en el que se destacó como el mejor jugador.
Muy pronto se ganó el denominativo de “correcaminos” por la velocidad que imprimía en la cancha, que lograba desubicar a los rivales que lo veían salir desde la zaga, siempre luchando por generar jugadas de peligro.
El recordado entrenador Carlos Habbegger lo llamó a la selección mayor sin haber jugado ningún partido en la Liga Profesional.
Un año después, el 12 de enero de 1989 integró Bolívar, a expreso pedido de don Mario Mercado, cuyo interlocutor fue el recordado dirigente, Javier Ortuño.
“Una mañana me llama Javier Ortuño (QEPD), entonces yo estaba estudiando en Santa Cruz y me dice que tenía una invitación de Mario Mercado para ir a jugar al Bolívar de La Paz. Casi sin pensarlo, ya estaba Ortuño en Santa Cruz, arreglando mi traspaso con don Edgar Peña Gutiérrez y luego me traslado a La Paz. Fue un gran paso en mi vida.”
A sus 98 años de fundación, Bolívar enlista a Rimba entre los mejores de su época de oro. Es inolvidable el equipo que conformaban: Angeletti, Ferrufino, Urruti, Hirano, Sánchez, Etcheverry, Civarelli, Soria, Moreno, Ramos, Borja y Cristaldo.
“A la semana que llego a Bolívar, nos tocaba un partido de Copa Libertadores con The Strongest, yo estaba de suplente, a los siete minutos de juego se lesiona Vladimir Soria y el técnico me dice que caliente. Se me subió la adrenalina a la cabeza. Ganamos 3 a 1. Mi debut fue fenomenal. La prensa dijo que nació el número 6 de la selección boliviana…este fue un reto y trabajé mucho más desde entonces”, relata Miguel.
Rimba jugó 50 partidos con la “Academia”, nueve copas Libertadores, siete participaciones como campeón y dos como subcampeón. Con la selección nacional 73 partidos, teniendo en su haber seis copas América y varias eliminatorias.
Fue parte del equipo histórico que clasificó para el Mundial de Estados Unidos 1994. Participó en un partido benéfico en Italia en el Resto del Mundo que enfrentó al Milan de Italia.
“Llegar a la Copa del Mundo es culminar un sueño. Nosotros clasificamos al Mundial por mérito propio. Esta participación creo, que personalmente fue muy buena. Los recuerdos son imborrables, no cualquiera juega un Mundial y yo fui uno de los privilegiados.”, evoca.
En 1998 jugó seis meses en Atlético Tucumán de Argentina, luego retornó al país, a Oriente Petrolero donde jugó dos años, luego pasó a Real Santa Cruz y terminó en Aurora de Cochabamba, club con el que ascendió a la Liga.
Miguel Rimba es un hombre muy preparado, inteligente y con amplia conciencia social, lo que lo llevó a desempeñar importantes cargos públicos.
“Ahora soy la máxima autoridad del deporte alteño. Me gustaría seguir trabajando con las 35 asociaciones deportivas que tenemos, poderle dar muchas más condiciones a los deportistas, escenarios deportivos, mejorar en el tema de alimentación suplementaria, acompañarlos económicamente mucho más en sus competencias. Muchas veces quedamos cortos por los recortes económicos que sufrimos los gobiernos municipales. Nuestra hermana Eva Copa (Alcaldesa de El Alto), está comprometida con el deporte y busca la forma de colaborar para dar las condiciones a nuestros deportistas, en infraestructura, alimentación complementaria, formación… en fin. El Alto tiene excelentes deportistas, sin duda”, afirma.
Rimba radica en el departamento de La Paz por su actividad actual como funcionario público y asegura que tiene un profundo cariño por El Alto.
Pese a sus recargadas actividades, es una persona muy amable y amigable con la prensa. Con la palabra justa a cada interrogante y muy colaborador. Pero también es un orgulloso padre de familia. Su mirada se le llena de dulzura cuando habla de su esposa y de sus hijos.
“Soy casado con Sandra De la Barra, mi señora también es de Riberalta. Tenemos tres hijos. El mayor es Ingeniero Comercial y Administrador De Empresas, se llama Miguel Ángel, como yo. La segunda es Mara Gissel, ella es Ingeniera Petrolera, egresada de la EMI de La Paz y el último está cursando cuarto año de Ingeniería de Sistemas. Agradezco a Dios por haberme dado tres hijos maravillosos, comprometidos con su familia y con el estudio. Y tener siempre a mi lado a mi esposa que ha sido el pilar fundamental para formar el hermoso hogar que tengo”, expresa.
Luego, piensa en la juventud boliviana y recomienda: “Siempre tenemos que ser bolivianos de verdad…bolivianos siempre. Ser deportistas siempre- como nos enseñó el gran maestro Xavier Azkargorta- hay que ser jugadores y profesionales siempre, no jugadores por ratos. Yo insto a la juventud que todo lo que hagamos, siempre lo hagamos con responsabilidad”, acota.
Finalmente asegura que quiere que lo recuerden como a una persona predispuesta a colaborar. “Quiero que me recuerden como un jugador que en su momento dio lo mejor para mi amado Club Bolívar, para mi Selección que también la amo y respeto. Creo que aporté con un granito de arena para que todo un país se sienta feliz. Deseo que me recuerden como un boliviano más, sencillo y con mucha humildad”, concluye.
Miguel Ángel, a sus 55 años, es el gran amigo de los deportistas, el funcionario responsable, el amigo sincero que extiende la mano de igual forma al canillita como al empresario. Su sonrisa franca lo caracteriza y su voz bien afinada inspira a la confianza. Él es el “Arcángel” que tuvo el fútbol boliviano.

FICHA
Nombre: Miguel Ángel Rimba Alvis
Lugar de nacimiento: Riberalta, Beni
Fecha de Nacimiento: 1 de noviembre de 1967
Lugar de radicatoria actual: La Paz
Ocupación actual: Secretario de Deportes del Gobierno Municipal de El Alto
Familia: Sandra De la Barra (esposa), Miguel Ángel, Mara Gissel y Adolfo (hijos).

‘Creo que aporté con un granito de arena para que todo un país sea feliz’

GHILKA SANABRIA

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