En flotas interdepartamentales arribaron a la ciudad de La Paz (05/03/2023), dirigentes sindicales del magisterio urbano, encabezando delegaciones de maestros de los nueve departamentos, para emprender y generar conflicto socioeconómico político a las autoridades del Ministerio de Educación. Iniciaron la refriega exigiendo atención efectiva al pliego de peticiones de los 200 puntos (5 destacados): mayor presupuesto para la educación pública, asignación de ítems de nueva creación, nivelación de horas de trabajo docente, rechazo a la actualización curricular y realización del congreso nacional de educación.
Concentrados en la Ceja de El Alto; los maestros bajaron en fila de cuatro hileras, expresando bulliciosamente muchos estribillos conocidos y escuchados en las movilizaciones similares de los trabajadores: “el pueblo, unido jamás será vencido…”, lanzando adjetivos calificativos contra Edgar Pary: “ministro incapaz, ¿por qué no te vas? …”. Causando temor y mucha bulla acústica, haciendo explotar desmedidamente ráfaga de petardos lastimeros y dañinos a los oídos de los transeúntes de la ciudad de La Paz. ¿De dónde salen los recursos para comprar petardos? ¿Son aportes sindicales de los maestros de base?
Entre los cinco puntos destacados, rechazar contenidos curriculares actualizados ligera y superficialmente, que están siendo aplicados en las unidades educativas por la comunidad de docentes de aula y especialidad. La incorporación del idioma inglés, ajedrez, robótica, informática, estadística, economía, investigación, lectura comprensiva, mapas mentales; aporta al menú de contenidos y aprendizaje académico de los estudiantes. Además, estos temas fueron discutidos en el periodo de planificación educativa 2023, por los docentes de cada unidad educativa y aceptados por los padres de familia plenamente.
Entonces, no corresponde insistir en el rechazo a la actualización curricular, eso implicaría retroceder en algo que favorece y beneficia al aprendizaje de los estudiantes. Si los dirigentes se empecinan en la inaplicabilidad de los contenidos, perderán la esencia de su pliego sectorial, como la búsqueda de la nivelación de horas, saneamiento del déficit histórico, jubilación con el 100%, aumento salarial, etc. Porque, las comunidades educativas en estrecha colaboración con los padres de familia, están trabajando a cabalidad los contenidos actualizados. Se puede sentir en el ambiente social, que la sociedad en su conjunto, estaba esperando estos cambios curriculares.
Abierto el conflicto por ambos bandos con mucha violencia acústica, salen ahora en los medios de comunicación las autoridades con el discurso de que están en “cuarto intermedio”; denotando cero negociaciones entre ministerio y maestros urbanos, demostrando carencia de voluntad negociadora para solucionar el conflicto del sector educativo. Discusiones y justificaciones vanas en declaraciones informativas, sin mostrar resultados y aportes importantes a la educación, pueden conducir al agravamiento del conflicto y suspensión de labores educativas (Convulsión, 2019). Bolivia, necesita que sus autoridades y dirigentes sindicales se sienten en una mesa de negociaciones para solucionar problemas educativos que venimos arrastrando desde la década de los años ochenta, incluso anteriores a esa época.
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