viernes, mayo 3, 2024
InicioSeccionesOpiniónRecuerdos de lo bien amado perduran en los corazones

Recuerdos de lo bien amado perduran en los corazones

La remembranza de tiempos vividos, así tengan raíces en la niñez y la juventud, adquieren especial significación cuando la lejanía en que uno se encuentra y la soledad se acerca, porque lo más querido tiende a alejarse por causas o razones normales del diario vivir, da lugar a sentir y hasta rememorar con fuerza lo más grato y querido.
Esos recuerdos conllevan o permiten repetirlas en la memoria, hechos y momentos gratos –y hasta ingratos, según las circunstancias– que en su momento nos dieron felicidad y contento; instantes en que revivimos la felicidad, las risas y sonrisas, las alegrías y placeres de los hijos que sumidos en travesuras nos mostraron lo que era bello, reidero y causaba contento a quienes compartimos esas dichas y, como si se viviera el instante, se ríe o llora por igual, sin medida ni clemencia pero nos proporciona alegría y felicidad.
Nadie, en pobreza o riqueza, en momentos de dicha o dolor, con razones o sin ellas, puede sustraerse de esos recuerdos y cuantos más esfuerzos hace por olvidar los ratos infelices más afloran inclusive los que se cree podían haber sido compañía y unidad de lo vivido. Cada quien revive y perdura en su mente, memoria y corazón lo más que puede de lo vivido, aunque lo mejor tenga prioridad porque en todo ello están los padres, la esposa, los hijos y descendientes como lo más amado y requerido por los sentimientos y deseos de volver a vivir.
Hay que convenir en que la remembranza de hechos pasados forma conductas, modela comportamientos, da lugar a compartir lo digno y bueno con quienes han sido o son parte del diario vivir. Los hombres conforme pasa el tiempo se acomodan a sus propias formas de ser que buscan senderos de perfeccionamiento porque recién, en los años mayores, se encuentran las razones, circunstancias que nos acercan a Dios y que, parecería que el hombre no da importancia aunque vivir bajo normas señaladas en los decálogos nos enseñan cauces para un perfeccionamiento que luego, por propia conveniencia, transmitimos a nuestros seres queridos porque todo ello encierra virtudes y condiciones de vida que el ser humano no debería abandonar por ningún motivo.

ARTÍCULOS RELACIONADOS
- Advertisment -

MÁS POPULARES