Muchos de los bolivianos aceptamos que seguimos colonizados, por eso es importante reflexionar sobre la colonialidad, que es el dominio epistemológico, económico, cultural, que tiene una dominación y alienación de las estructuras políticas, injusticia social, exclusión cultural y marginación geopolítica en nuestra sociedad. Es por eso que la descolonización epistemológica, es una esperanza, una solución para salir de la mentalidad colonial de los bolivianos, de acuerdo con la lectura de la realidad, en torno a la epistemología, el eurocentrismo y el capitalismo, vigentes en el proceso educativo, que repercute en la identidad de los sujetos colonizados.
Es necesario descolonizarnos mentalmente, para desarrollar la racionalidad desde uno mismo, para empezar con un horizonte desde la descolonización, para poder cambiar y buscar la transformación de la educación a través de la aceptación, desde la apropiación de nuestra identidad, nuestra epistemología andina, de la diversidad de las culturas y lenguas de nuestro país.
Bolivia no se encuentra libre de la colonialidad epistemológica, que persiste en una dependencia colonial, siendo un país dependiente del conocimiento y de la tecnología de las potencias europeas y estadounidenses. Por años creímos que estos conocimientos occidentales eran importantes, superiores y únicos, teniendo nuestros propios saberes y conocimientos, pero no siempre valorados por nosotros.
Debemos analizar las condiciones de alienación en las que vivimos y la necesidad de desarrollar el carácter histórico del ser social y crear una sociedad de individuos autónomos, con proyectos de una pedagogía descolonizadora, que implica una lucha histórica, tomando en cuenta el acceso al conocimiento y la capacidad de construir el conjunto de saberes propios de nuestros pueblos y naciones indígena originarios, en el proceso educativo.
Sin embargo, aceptamos que es difícil descolonizarnos por completo, es un camino muy difícil, pero no imposible, por eso es necesario empezar con la participación de todos los actores de la comunidad educativa, niños, adolescentes, maestros, padres de familia, entre otros, para valorar nuestra identidad cultural en el proceso educativo. No verlo como retroceso en la educación, sino como un potencial que ayuda a identificarnos como bolivianos.
La descolonización es un proceso de cambio para la trasformación de la educación, donde no se considera la condición superior de la cultura y civilización europea o norteamericana, que está presente en la práctica educativa. Esto plantea no solamente un problema de conocimiento, sino también de conciencia, de aceptarnos como bolivianos, que tenemos nuestra identidad cultural, capaces de producir conocimientos en todos los contextos del Estado Plurinacional de Bolivia.
Los estudiantes y demás actores educativos debemos estar conscientes de la capacidad de construir el conjunto de saberes de nuestros pueblos y naciones indígena originarios, que aporta al conocimiento, para poder hacer frente a un futuro, a partir de la subjetividad comunitaria de nuestra propia historia y cultura, con equidad e igualdad de oportunidades en la educación, fundadas en el respeto por la naturaleza y la cosmovisión.
La autora es profesora.
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