martes, mayo 14, 2024
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¿Lo peor está por venir?

El sociólogo francés Edgar Morín, en 1968, acuñó la palabra ‘policrisis’, para definir una crisis sistémica múltiple, ya sea, ecológica, económica, política, social, cultural y moral. Esto no ha variado, v. gr., por los desequilibrios políticos y económicos, que se están produciendo en Santa Cruz, primero por el censo, ahora por la liberación de Camacho, que generan “negros nubarrones” en la gobernabilidad de Luis Arce Catacora, aunque todavía el problema se encuentra focalizado en Santa Cruz. Sin embargo, las actividades en el país no son normales, existe mucha incertidumbre, nadie sabe a ciencia cierta cuál será el desenlace.
El incremento poblacional (hasta casi el 14%, es uno de los más altos de la región) que ha tenido Santa Cruz, implica contar con una mayor infraestructura en salud, educación, servicios básicos y otros, por ello, exige más recursos económicos al Estado central, y de forma paralela el aumento de su representación parlamentaria.
Cuando todo hacía presumir que las aguas se habían calmado, el gobierno tiene un problema mayúsculo con el caso Camacho.
No se puede entender las equivocaciones que está teniendo Arce Catacora; un gobierno elegido con el 55,1% de los votos no puede desperdiciar su capital político, dado los problemas que le arrecian, anteriormente por el censo y ahora por la aprehensión o secuestro del gobernador de Santa Cruz, lo que es una muestra de aquello.
El 28 de diciembre de 2022, quedará marcado en la historia de nuestra democracia, el Día de los santos inocentes, en el mundo cristiano se honra la memoria de los niños que murieron durante el mandato del Rey Herodes, quien para evitar que el recién nacido Jesús de Nazaret viviera, envió a sus soldados a matar a todos los niños menores de dos años que se encontraran en Belén y, por otra, en Hispanoamérica y en Bolivia, es para hacer bromas o bulos, no por nada, muchos pensaron que lo de Camacho era una “inocentada”. La noticia al principio solo circulaba por las redes sociales, poco después, los medios de comunicación tradicionales difundieron lo que había sucedido con Camacho.
A partir de este hecho, las movilizaciones en Santa Cruz no han cesado, en algunos días fueron más intensos que en otros, incluso el 31 de diciembre (fecha emblemática para realizar actividades festivas) hubo escaramuzas. De a poco se van sumando las protestas en otras regiones del país.
Lo que molesta a gran parte de la sociedad boliviana en general y cruceña en particular, es el uso de la violencia confusa e innecesaria ejercida por la policía en el momento de la detención de Camacho; el ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo, había escrito en sus redes sociales que la “Policía boliviana dio cumplimiento a la orden de aprehensión en contra del señor Luis Fernando Camacho». A su vez, el Ministerio Publico a través de un comunicado indicó que Camacho había sido detenido, en cumplimiento de la orden de aprehensión emitida por la Fiscalía Departamental de La Paz, en el caso denominado como “Golpe de Estado I”. Asimismo, se reclama por el accionar de la justicia, por ser funcional al gobierno, por la falta de imparcialidad. Y se pone en evidencia una suerte de “ley del embudo”, es decir, se aplica la ley de forma estricta y con celeridad para unos temas (caso Camacho), mientras que en otros es diferente, especialmente para quienes están de lado del poder, donde los procesos por una y por otra razón, no avanzan o las resoluciones son, por decirlo, muy “laxas”, hasta se podría decir que existe impunidad para alguna gente.
Es posible que la situación se pueda aplacar, si Camacho es liberado o por lo menos que lo trasladen a Santa Cruz, tal como está pidiendo la gente cruceña, empero, todo parece indicar que el gobierno no está dispuesto a dar marcha atrás (además, nadie duda que el propio Arce Catacora dio luz verde para que se detenga al gobernador).
Para resolver estos problemas o desequilibrios se requiere con urgencia gobernantes capaces, éticos y asépticos, que tengan una vocación de servicio a prueba de fuego.
El conflicto puede alargarse, el gobierno al parecer está dispuesto a jugar al desgaste, no vaya a ser que “el tiro le salga por la culata”.

El autor es politólogo – abogado y docente universitario.
rolincoteja@gmail.com

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