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El papel de Morales en el proceso del Silala

El 23 de marzo 2016, Evo Morales anunció irreflexivamente una segunda demanda legal contra Chile esta vez por el uso y aprovechamiento unilateral e “ilícito” de las aguas del Silala.
Morales añadió que las autoridades chilenas debían reconocer además “que roban agua de los bofedales de Quetena Chico, en Potosí”.
Después que Morales había intensificado las declaraciones que planteaban que Chile había “usurpado” esas aguas, cuyo caudal -sostenía que era exclusivo de Bolivia, el Gobierno de Michelle Bachelet pasó a la contraofensiva.
Chile se enteró de que Bolivia había iniciado consultas muy preliminares a especialistas en derecho de aguas internacionales y científicos. Entonces, la Cancillería chilena -encabezada por Heraldo Muñoz- calculó los riesgos de presentar la demanda antes. Podía ser política y diplomáticamente costoso, sobre todo porque ese mismo año ya existía un litigio entre los dos países que se ventilaba en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya: la demanda de Bolivia para obligar a Chile a negociar una salida soberana al mar (que Bolivia terminó perdiendo).
Es así que en junio de 2016, Chile demando a Bolivia ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya. El 31 de agosto de 2018, Bolivia presenta una contrademanda por indemnización por perjuicios ocasionados por el vecino país.
El 6 de agosto 2017, Morales declaró: “En el caso del Silala, sea por vía La Haya o vía diplomática no nos interesa ganadores ni vencidos”.
En agosto 2018, el expresidente avala la posición chilena sosteniendo que “la contramemoria boliviana confirma que el caudal considerable de las aguas de los manantiales del Silala fluyen artificialmente hacia territorio chileno por las obras de canalización realizadas en el siglo pasado”.
Fue en la contramemoria de 2018, que el gobierno boliviano reconoció que parte del río Silala fluye naturalmente hacia Chile, como lo señaló el propio presidente Evo Morales.
En mayo 2019, Evo Morales anticipa la derrota en La Haya (…): “Más bien yo quisiera que empiece el diálogo entre Chile y Bolivia, tantos temas tenemos que debatir. Pero algo quiero que sepan más agua entra de las cordilleras de Chile a Bolivia, que más agua se va de Bolivia hacia Chile. Si es así la situación geográfica, mejor es negociar, dialogar. Si digo esto ya ustedes pueden entender sobre el resultado que puede tener La Haya”.
El 18 de mayo de 2019, Evo Morales, con la asesoría de científicos de Dinamarca, pone énfasis en que el caudal que llega a Chile de manera natural se ha incrementado de manera significativa gracias a los canales construidos desde 1908 en el altiplano boliviano.
En febrero de 2020, el entonces ministro de Relaciones Exteriores de Chile, Teodoro Ribera, dio a conocer en su cuenta de Twitter a través de un mensaje y un video que la cancillería boliviana confirmaba la tesis chilena.
“Cancillería boliviana reconoció que en la disputa del rio Silala el gobierno de Evo Morales acogió la tesis chilena que se trata de un río internacional cuyas aguas fluyen naturalmente a Chile. Esto significa que no existe materia controvertida en este punto central de la demanda”.
En febrero del 2020, la excanciller Karen Longaric aseguró que el gobierno de Evo Morales, en la contramemoria que presentó ante la CIJ, admitió que una parte del Silala constituye “un curso de agua internacional”.

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