El Censo, urgencia que debe implicar un acuerdo general

Saber y entender quiénes y cuántos somos debe ser interés de todos los estantes y habitantes radicados en el país e involucrar a quienes vivan en otros sitios, mediante censos que levanten las respectivas misiones diplomáticas. Actualmente, vivimos con divisiones y desacuerdos absurdos que a nada práctico nos llevan y tampoco dejan remedios y soluciones en entidades e instituciones que casi nada aportan, aunque dicen mucho, sin mayor trascendencia.
El gobierno que está conformado por militantes del masismo, cumpliendo decisiones partidistas quiere una fecha censal acorde con sus intereses, mientras que las organizaciones cívicas, políticas, empresariales, sociales y de otra índole creen que debería cumplirse la fecha inicial fijada para este año, pero, como pasó el tiempo fijado, se quiere que se lleve a cabo en el año 2023. El gobierno fijó el año 2024 para la consulta censal, de acuerdo con intereses partidarios. La verdad es que nadie expresa lo conveniente y factible. No se debería esperar que una Corte Celestial diga cómo debemos actuar; en consecuencia, es el INE quien debería actuar responsable, seria y honestamente diciendo la verdad. Las decisiones deben ser rápidas y obrar con seriedad, no como el ahora Presidente, que anuló la convocatoria al censo para 2022. ¡Qué poca seriedad y responsabilidad hubo entonces! El censo es de interés nacional, no es juguete ni debe estar sujeto a conveniencia del gobierno de turno; es urgencia nacional y medio efectivo de unir a la familia boliviana, inclusive conformando un nuevo Padrón Electoral, que no sea susceptible a manipulaciones por conveniencia. En una verdadera democracia, el INE (Instituto Nacional de Estadística), actuando con transparencia y sin sujetarse a intereses políticos, debería tener la palabra decisoria respecto a cuándo, indefectiblemente, se debe efectuar el Censo, conforme a los datos y elementos de juicio que tenga avanzados. Lo demás es demagogia, capricho, servicios a intereses creados y populismo que es igual a violar las libertades y vulnerar los derechos de la colectividad nacional.
Si cada interesado busca que se hagan las cosas de acuerdo con sus intereses, todos perderemos. Es tiempo, pues, de obrar conforme a realidades y estas son saber qué dice el INE y cuánto tenemos avanzado; que informe cuándo podrá efectuarse. De otro modo es jugar al populismo, que es lo mismo que violentar libertad y derechos de todos los bolivianos.
De acuerdo con la verdad, el gobierno tiene que hacer lo que convenga: en primer lugar, olvidarse de su partido y sus intereses, recordar que es gobierno de todos y no puede estar sirviendo a conveniencias de alguna clase. Ahora, si pierde su partido que es el MAS, ¡paciencia! Si gana cualquier otro grupo o institución, ¡que todos nos atengamos a los resultados! Ya es tiempo de abandonar la demagogia, de no respetar los intereses del país, porque gobierno y demás decidieron “jugar a las bolitas”, como lo harían niños de seis a ocho años. Lo que cuenta es obrar con honestidad y sentido de responsabilidad.