El invitado de lujo hoy en Cvltvral llega desde la misma ciudad que fue testigo del paso de los mejores músicos de la historia, Los Angeles – California. Aparte de ser un productor exitoso, él es pianista, guitarrista y bajista de numerosos proyectos musicales, además de ser un personaje muy querido en el ambiente rockero mexicano. Esta nota es otra de las gestiones del amigo de la casa, Rodrigo Bernal, gran persona y músico… sean todos bienvenidos al show.
¿Cuál fue el momento en el
que sentiste que la música te enamoró?
Crecí en una familia y siempre rodeado de instrumentos musicales; mi mamá tocaba el piano. Yo me enamoré de la música desde muy chiquito, todavía me acuerdo cuando nos daban clases de solfeo en 4o de primaria y yo empecé a querer una banda, empecé a componer. Luego empecé a tocar piano, mi primer instrumento y tomé clases de música clásica por muchos años entre los 11 y 15 años. En ese periodo también descubrí qué era en los 70’s, descubrí a Elton John, todo lo de Motown y luego las bandas de rock y me enamoré de muchos géneros de música y no me soltó esa idea jamás.
¿Cómo empezó tu faceta tras el bajo eléctrico?
Empecé a tocar la guitarra con canciones de los “Doobie Brothers”, “Deep Purple” y de los “Eagles”, que terminaron siendo mi banda favorita de todos los tiempos.
Viví en esa época todo el movimiento “disco”, donde estaba muy presente el bajo. De hecho no quería tocar el bajo, pero entrando a la “prepa” quería entrar al “jazz band oficial” de “Hollywood High School”; el maestro quería ahí un bajista y me dijo “la cuestión aquí es que tú tocas la guitarra y tocas el piano. Entonces el bajo son las primeras 4 cuerdas de la guitarra, y se lee como la mano izquierda del piano”.
Ese maestro, Mister Graham… le debo mucho, ahí entre como bajista, y le eché muchas ganas.
“Felix and the Kats” fue un proyecto exitoso en Los Angeles y tocaron con grandes bandas norteamericanas de rock ¿Cómo entraste a ese movimiento?
En la universidad UCLA en Los Ángeles, estudiando arquitectura y leyes, pero tocando en las noches. Un amigo mutuo me presentó a un cantante mexicano viviendo en Los Ángeles que se llama Félix, él y yo nos hicimos amigos muy rápido, me encantó su estilo y su cultura músical y formamos una banda que se llamaba “Felix and the Kats”. Empezamos a componer juntos y entramos a tocar en los bares locales ahí en L.A. tocando con muchas bandas como “Los Lobos”.
Con “Felix and the Kats” teníamos uno de los mejores managers; habíamos abierto a “Bad Manners”, “The lords of the new Church”, tocamos con los “Red Hot Chili Peppers”… estábamos muy métidos en el ambiente, al menos localmente y yo sabía lo que era. Entonces, allá por el ´86 empecé a hacer cosas con otra banda llamada “Commuter” que tuvo una canción en la primera película de “Karate Kid”. Yo ya sabía lo que era, por lo menos localmente, regionalmente en “L.A. Scne” (escena de Los Ángeles), ya era famosito.
¿Cómo llegas a México y cómo te estacionas desde 1987 como bajista oficial de la emblemática banda “Ritmo Peligroso”?
Un día Félix me dice que venían dos bandas de la ciudad de México, pues él estaba muy conectado con el movimiento allá. Llegaron y me tocó recibir a la mitad de la gente en mi casa y la mitad en su casa. Eran “Dangerous Rhityhm” mi futura banda, y la otra era “Kenny and the Electrics”, en ese tiempo muchos de ellos cantaban canciones en inglés… quién sabe cuántos de ellos entendían los que estaban diciendo.
Tiempo después, recibo una llamada de Piro y Marcelo de “Ritmo Peligroso” que ya habían cambiado el nombre y ya habían sacado el primer disco que era “En la mira”, que fue un disco icónico. Entonces me dice “Hola Avi, fíjate que tenemos una gira por California, y no va poder el bajista”. Aprendí 15 canciones, ensayamos y era tiempo de salir a tocar, Piro me dice “ Fue espectacular tocar contigo, tenemos que regresar a México, a grabar el nuevo disco ¿por qué no vienes con nosotros?”. Yo lo pensé 5 segundos y le dije vamos a México, a la ching@da con L.A. y fue una de las mejores decisiones de mi vida.
Tú eres prácticamente el Director músical del tributo a David Bowie Sinfónico ¿Cuál fue el reto más difícil de afrontar con este proyecto?
Bowie murió en 2016, fue una influencia muy grande en mi vida, yo estaba tratando de llegar a un proyecto interesante y llegamos a la conclusión de hacer un tributo, pero yo no quería hacer uno tradicional, quería hacer algo muy especial, y decidí hacerlo sinfónico. Tengo toda la escuela clásica y la verdad hice todo de oído, porque ya no leo música como antes. Básicamente agarré canciones de Bowie, e hice capas de instrumentación sinfónica.
El tributo le interesó a la Embajada de Inglaterra, de hecho ellos financiaron este proyecto y conseguí artistas de primera. Ya hemos hecho varios shows incluyendo uno en la cámara de diputados. Gracias al universo, todo cuajó.
Hay canciones como “Déjala tranquila” o “Contaminado” que tocan temas sobre el deterioro social, la violencia y la contaminación ambiental ¿Crees que la música puede transformar y crear conciencia en la gente?
Las canciones llegan al alma por muchas razones, puede ser la letra, podría ser la música. Pero cuando te llega te llega, pues en el caso de la canción de “Contaminado”, como varias de las canciones que hacemos con “Ritmo peligroso”, tienen esas las letras atemporales. Desafortunadamente en muchos casos seguimos con los mismos problemas, el mundo no cambia como uno cree, hay nuevas generaciones viviendo lo mismo, sufriendo lo mismo, lidiando con lo mismo, quejándose de lo mismo, el tiempo pasa pero la dinámica no cambia ¿Hay menos basura en la calle? No ¿Hay menos contaminación? No ¿Hay menos violencia? No. Así que depende de cada uno mejorar la realidad.
Regálanos unas palabras de
despedida para Bolivia, México y el mundo.
Saludos a toda la banda internacional, que estén todos bien, cuídense mucho, búsquennos en nuestras redes, somos producto de nuestros mundos, pero tenemos todos la misma idea de crear música, de llevar el arte a lo más alto que se pueda. No dejen de realizar sus sueños, no dejen de luchar… a veces no es fácil esta vida pero siempre hay esperanza, mientras haya salud.