sábado, mayo 18, 2024
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Crisis e iniciativas agroindustriales

En medio de diversas dificultades por las que atraviesan la agricultura y la seguridad alimentaria, el Gobierno ha anunciado en últimas semanas una serie de proyectos agroindustriales para prever problemas de mayor magnitud.
Entre otros puntos, el presidente Luis Arce propuso industrializar la chirimoya y la cebolla. Enseguida, YPFB anunció la instalación de dos plantas para industrializar soya con una inversión de 343 millones de bolivianos en San Julián. En días recientes, también se informó que en la localidad de Santiváñez de Cochabamba, se instalará una planta de producción de fertilizantes para la agricultura, por un monto de más de 33 millones de bolivianos, mientras se incrementa la actividad de la planta de Bulo Bulo.
Por otro lado, por ese plan industrializador, el Gobierno dictó un decreto por el cual se crea la Empresa Boliviana de Producción Agropecuaria, con amplias atribuciones. Por otro lado, el Estado ha dispuesto más de 300 millones de bolivianos para integrar el oriente boliviano y, además, el Ministerio de Tierras anunció un proyecto de camélidos en una zona del altiplano por Bs. 5 millones, además de hacer conocer que el Gobierno asignará Bs. 2.100 millones para “fortalecer el sector agropecuario”, y otros empeños, entre ellos para la perforación de pozos.
Para impulsar la producción agrícola también no dejó de advertir a los grandes agricultores que, si no cumplen algunos compromisos, serán revertidas sus tierras y se pondrá en aplicación acuerdos previos, modificando disposiciones constitucionales.
Tales noticias están dirigidas a causar optimismo, pero la soberanía alimentaria sigue haciendo aguas, pues continúa y aumenta el contrabando de grandes cantidades de alimentos; se importa más harina, suben los precios de productos comestibles en el exterior, la exportación de carne se redujo, igual que la de quinua; sigue la migración de campesinos del campo a las ciudades porque la tierra no les da renta; aumenta el contrabando de semillas transgénicas, aumentan las heladas, amenazan las sequías, son quemados los bosques, grandes bloqueos de caminos perjudican a los agricultores, son perjudicaos los exportadores.
En fin, es un panorama contradictorio que aflige a la ciudadanía.

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