lunes, mayo 20, 2024
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El vivir súper bien a costa de la pobreza de las mayorías

Cuando hablamos de Suma Qamaña, el Vivir Bien o Buen Vivir, necesariamente debemos referirnos a dos visiones y modelos de vida que en el país y en el mundo son conocidos, es decir, la una que fue impuesta con la invasión a los pobladores del Qullasuyu, hoy Bolivia y la otra visión que proviene de nuestros ancestros desde cientos de años.
Recordemos que a partir de 1532, se instaura el sistema colonial en la región andina y fue posteriormente el virrey Toledo el principal promotor de la desestructuración de estos territorios, sus sistemas político-administrativos, etc. Y es allí, cuando empieza la eliminación del suma qamaña, para los habitantes de todo el Tawantinsuyu.
El suma qamaña o vivir y convivir bien, está referido a la búsqueda de la calidad de vida, del bienestar social, económico y político que los pueblos anhelan. Por lo tanto, se entiende como la plenitud de la vida, el Buen y Bello existir en nuestro planeta Tierra “Wali Suma Jakaña”.
Si bien en el inicio del denominado “proceso de Cambio”, que demagógicamente asumió el SUMA QAMAÑA en su Plan de Desarrollo Nacional, no funcionó, porque continuaron con la imposición de las mismas prácticas coloniales y bajo las mismas estructuras políticas, jurídicas, económicas, institucionales impuestas que persisten pese a la nueva Constitución Política del Estado y las nuevas leyes promulgadas que han ido por el camino de la desconstitucionalización y, en casos, se han constituido en leyes anti indígenas para impedir el avance de nuestros pueblos. A ello debemos agregar que, los encargados de llevar adelante el proceso de cambio y hacer posible el SUMA QAMAÑA, no conocían las lógicas ni los modelos indígenas.
Concretamente lo que se había impuesto durante más de tres lustros es el VIVIR SÚPER BIEN para la oligarquía azul de los García Linera, Juan Ramón Quintana, Evo Morales, Héctor Arce Catacora, Marianela Prada, César Dockweiler, Pierre Chain, María Nela Prada, Susana Rivero, Adriana Salvatierra, etc., etc., el VIVIR BIEN para una pequeña minoría de funcionarios públicos que no pasan del 4 por ciento y el VIVIR MAL para alrededor de un 80 por ciento de nuestra población que no tiene empleo formal, sin salario seguro, mucho menos jubilación y acceso a todos los beneficios y privilegios de pequeños sectores oligárquicos y sobrevive a duras penas.
La realidad concreta evidencia que sólo unos cuantos oligarcas azules viven súper bien, a cuerpo de rey, con todos los lujos y altos sueldazos, además de otros beneficios que otorga el poder como uso de aviones, de helicópteros usados como taxis, etc., desangrando los recursos nacionales de manera absolutamente irresponsable, bajo el rótulo demagógico y engañoso del suma qamaña o vivir bien, a costa de la pobreza, el desempleo y el hambre de las mayorías nacionales.
Es preciso señalar que el SUMA QAMAÑA, el BUEN VIVIR o VIVIR BIEN, solo ha de funcionar o ha de tener los resultados esperados, si se lo implementa bajo los propios modelos indígenas, como sería el modelo del ayllu por ejemplo, con institucionalidad propia y autogobierno bajo la administración de sus propias autoridades indígenas, bajo sus propias formas de estructuración territorial, con la implementación de su propia justicia, etc., etc. Es decir, el suma qamaña, no será viable bajo el modelo neoliberal, socialista, ni siquiera con el socialismo comunitario que no se sabe qué es y peor, nada tiene que ver con los pueblos indígenas. Tampoco es posible implementarla bajo la administración del gobierno central, de las gobernaciones y los municipios, que no responden a las lógicas y estructuras propias que requiere el suma qamaña para su implementación.

El autor es Coordinador General del Foro Indígena de Bolivia.

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