domingo, mayo 19, 2024
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Desacuerdos partidistas causan inseguridad al Gobierno

Para nadie en la colectividad pasa desapercibido que el gobierno confronta dificultades debido a diferencias o desacuerdos existentes en el seno del partido gubernamental comprometido a cooperar para la buena marcha de los asuntos nacionales. Las inseguridades partidistas –como las que se percibe en el masismo— alguna vez se las sufrió en el pasado, quitando seguridad y entereza a quienes gobiernan y que, a la vez, asumen posiciones partidistas y no dedican tiempo y capacidad, en su totalidad, a los asuntos confiados al Gobierno.
Es un hecho que el partido de gobierno vive pendiente de lo que diga o haga el expresidente Morales que, según él mismo declaró, querría volver al Gobierno sin esperar los períodos señalados por la ley. Hay angurria y exceso de ambiciones en quien no ha sabido ser digno ni capaz para gobernar; menos tuvo capacidad ni dignidad para entender que una vez que ha renunciado a la presidencia y fugado del país, él ha perdido totalmente la confianza que aún tenía su partido. Retornado a sus labores como dirigente máximo de los cocaleros del país, hace muy mal en pregonar eficiencia, capacidad y condiciones teniendo conciencia de que no posee esas cualidades y menos complementarlas con las muchas que es preciso tener y perfeccionar día a día para dirigir la nación que requiere, con urgencia, corregir, enmendar y modificar siquiera parte de los daños que se infirió en casi catorce años de desgobierno a la nación.
Hoy, ante todo lo que sucede, la colectividad encuentra que las desavenencias y desacuerdos partidistas debilitan al Gobierno; le ocasionan desequilibrios e inseguridades, cuando más se requiere de unidad y entrega total a los asuntos del Estado. Es innegable que las posiciones de mando y las intenciones de pronto retorno que tiene Morales, deben restar capacidad, energía y condiciones para estudiar los asuntos del país, buscar soluciones para los problemas, atender la amplia gama de cuestiones externas y que sean de conveniencia boliviana. Aunque se requiere todo el tiempo presidencial y de quienes deben colaborarlo con mucha eficiencia, todo se ve disminuido o desequilibrado con las discordias y diferencias que no pueden disimular los partidarios masistas que estarían muy alejados de las conveniencias y urgencias nacionales.
Será preciso que el Presidente y la dirigencia masista encuentren los caminos de concordia y definan que cada quien cumpla su cuota parte en la vida de la nación. Que el Gobierno se desentienda de lo partidario, al mismo tiempo de reconocer que su partido no importa ni interesa al país y menos debería en las cuestiones inherentes a los asuntos del Estado a cargo del Poder Ejecutivo, y en lo que corresponda a la participación del Poder Legislativo o institucional. El Gobierno, para tener una labor eficaz y productiva necesita seguridad, capacidad, estudio y decisiones precisas; no debe tener dependencia más que de lo institucional que señalan la Constitución y las leyes; en otros términos, no debería aceptar ni permitir la intromisión de nadie que no esté respaldado por las leyes.

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