jueves, mayo 16, 2024
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¿Qué pasa dentro del aula?

Recuerdo que cuando aspiré a una plaza por oposición para entrar a trabajar en la universidad, me proporcionaban un tema de la especialidad, y tenía que impartir la misma en tiempo determinado haciendo uso de los recursos tecnológicos de aquel entonces (retroproyector, filminas) ante un tribunal de docentes con altos grados académicos (todos pedagogos), además de responsabilidades administrativas (jefes de departamentos, decano/a), y al final pasar a una ronda de preguntas de aspectos de contenidos, metodológicos, etc.
Otra experiencia que no olvido es cuando nos visitaban instancias de la Educación superior a nivel de ministerio, con tal de evaluar a la facultad. Realizaban observaciones de clases –sin avisar obviamente – cuyos visitantes eran de un nivel diría sofisticado (doctores en ciencias pedagógicas), reconocidos nacional e internacionalmente. Salir deficiente o regular en la ejecución de la misma, implicaba un efecto dominó no solo en el departamento, sino también en la facultad, por lo que había que jugar el todo por el todo, ¿resultado?: 4 en la escala de 5, luego satisfecho. No recuerdo si lo celebré, realmente.
Ver, acompañar el desarrollo de una clase de principio a fin, implica una previa preparación para el acompañante (sílabo de la asignatura, contenidos apoyándose en los textos posibles), cuyo propósito es visualizar de primera mano qué sucede dentro del aula, laboratorio, práctica profesional u otras formas de organización de la enseñanza. ¿Qué apreciar? El desempeño del docente, apoyándose en la tecnología de la información y comunicación y, lo más importante, los estudiantes, como se desenvuelven, aplican, exponen, vinculados a valores: disciplina, puntualidad, entrega de trabajos, respeto, compañerismo y otros muchos.
A los directivos de la institución educativa que aprecien clases les interesa conocer cómo se desarrolla el proceso docente – educativo, vinculado a logros y deficiencias, establecimiento de planes de capacitación, etc.
En los diferentes niveles de educación suele ser más complejo, el universitario, dada la denominada libertad de cátedra, donde no consideran viable que sean acompañados, porque lo que sucede en el aula es solo de “su responsabilidad”; sí estoy de acuerdo que se respete los grados académicos, tanto para el que acompañante, que ha de ser superior al del acompañado. Al finalizar la observación será necesario analizar la clase, los pros y los contras, a la par de recomendaciones y verlo al final como un apoyo que permita al evaluado alcanzar una escala cualitativa y cuantitativa mayor en su labor como docente.
¿Y tras los resultados de las clases observadas? En lo personal, hacía llegar a los diferentes colectivos (vía correo) los logros, los méritos alcanzados, indicando el nombre del docente visitado, hecho que generaba una acción de felicitaciones a nivel interno, además de un ambiente de confianza, fraternidad, colectividad y entusiasmo, que evidenciaba que detrás de un excelente colectivo de docentes, hay una excelente enseñanza.
Lo anterior me conlleva a modificar la cita siguiente de Sam Walton, que originalmente plantea “Vamos a cuidar a nuestros asociados(as) y ellos cuidarán a nuestros clientes”, por “Cuidemos a nuestros docentes, proporcionándoles las mejores enseñanzas y ellos educarán integralmente a nuestros estudiantes”
¿Lo han visitado a usted, profesor/a, sus resultados?

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