sábado, mayo 18, 2024
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Trato diferente a gobernadores de La Paz y Potosí

Se observa una notoria diferencia de la Justicia con respecto a Santos Quispe, Gobernador de La Paz, y Jhonny Mamani, Gobernador de Potosí. Ambos cometieron presuntos y vergonzosos ilícitos. Quispe fue juzgado con una velocidad impropia de la Justicia y Mamani todavía no ha sido convocado a declarar ante la fiscalía. Mediante una denuncia, el primero fue sorprendido bebiendo en su despacho en compañía de sus parciales. La Justicia le aplicó detención en domicilio, prohibición de movilizarse, además de otras medidas sustitutivas, más una fianza desusada de 70.000 bolivianos. Por el contrario, el Gobernador potosino se encuentra “bien, gracias”, pese que los presuntos delitos son de orden público y de oficio por parte de tales instancias.
Mamani es responsable de la compra de 31 ambulancias, pero aparecen 34, así como de otros motorizados y de una serie de compras con sobreprecio. La adquisición de ambulancias y compañía está rodeada de irregularidades tan claras y evidentes, que todos las perciben, excepto los fiscales de la Villa Imperial. El gobernador Quispe había convertido su oficina en bodega de cerveza y de otras bebidas alcohólicas. Él negó continuamente el estado de embriaguez. Un segundo fallo levantó las medidas sustitutivas, mientras Quispe se quejó por no haber podido concurrir a las sacramentales “entregas de obras”.
¿Cuál es la diferencia de trato en uno y otro caso? No es otra que la protección de Evo Morales de la que goza Mamani, mientas Quispe es opositor al régimen. Es bastante que el potosino hubiese sido proclamado candidato por el ex presidente. Ese grado de amistad lo blinda y acoraza contra denuncias y lo hace impune. El presidente Luís Arce recurre a su habitual mutismo. No queremos decir que intervenga en lo judicial, pero que tampoco lo hagan sus ministros, como Iván Lima de Justicia, que asume rol de diligente denunciante y persecutor de opositores y se cruza de brazos si, como Quispe, los denunciados son oficialistas.
Por su parte, la Comisión Legislativa quedó satisfecha luego de oír a Jhonny Mamani, según acostumbra en circunstancias político partidistas parecidas. El Gobernador que nos ocupa, concurrió al Legislativo con un grupo muy numeroso de seguidores, que lo aclamaron al salir con la bendición de sus “hermanos”. El traslado, estadía y “viáticos” de esa gente no es gratis, por supuesto. Es a costa del presupuesto de ese departamento, cargado seguramente en definitiva con las ambulancias, estos viajes y un largo etcétera.
Al margen, el departamento de La Paz viene sufriendo por gobernadores impuestos por el partido de gobierno, que en nada han contribuido a su desarrollo, desempeño que tacha de ineficiente las gestiones –incluida la presente– de corte campesino. Algo mejor resultó el período de Félix Patzi. Todos se inscriben en el estancamiento paceño. Si son oficialistas, exhiben su incapacidad de requerir mejor presupuesto –uno de los más pobres de país– y de reclamar atención del Gobierno Central para esta postergada región.

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