Muchas son las denuncias que cursan en los cuadros policiales sobre maltratos, asaltos, secuestros, violaciones y abusos de toda laya contra mujeres en la mayor parte del territorio; abundan asesinatos y atentados inclusive contra niños y ancianos. Consta a la Policía e inclusive a fracciones del Ejército, la cantidad de estos delitos que son cometidos a diario; sin embargo, no ha sido posible en el último año saber de casos que hayan sido juzgados y sentenciados los autores. Pero se conoce que algunos culpables de violaciones y hasta asesinatos fueron puestos en libertad y, en algún caso, “por insuficiencia de pruebas”, a pesar de las muchas presentadas inclusive por testigos y familiares.
Autoridades de gobierno señalan muchas veces que los autores de crímenes contra mujeres serán sancionados enérgicamente; sin embargo, poco se sabe sobre lo que hayan podido avanzar las autoridades judiciales para juzgar y sancionar a culpables de crímenes y violaciones y, algunas veces, se conoce que por delitos menores se apresa especialmente a jóvenes, pero no se informa sobre el curso que hayan tenido sus casos.
Desde siempre, todos los gobiernos anuncian reestructuración del Poder Judicial y de los sistemas carcelarios; sin embargo, casi nada se conoce sobre resultados que permitan creer en la efectividad del gobierno en el campo de policías y otras dependencias que deberían empeñarse en mantener en celosa custodia a culpables de graves delitos y tenerlos a buen recaudo, mientras se realizan los juicios pertinentes.
Hay preocupación en la comunidad nacional porque, como nunca en el pasado, han proliferado conductas contra las mujeres, violaciones, maltratos y abusos de toda clase; son cometidos asesinatos que muchas veces se extienden a bebés o niños de corta edad por parte de sus progenitores, que no explican los motivos para procedimientos tan condenables, que deberían merecer castigos muy severos, luego de juicios que sean ejemplo de procedimientos jurídicos, para evitar repetición de hechos contrarios a la vida de mujeres, que merecen respeto, consideración y amor por su condición de esposas y madres.
La sociedad observa más que azorada que todos estos crímenes no son castigados conforme a las leyes, y son archivados los casos o declarados inocentes los culpables, pese a las pruebas presentadas. Los procedimientos judiciales no siempre son cumplidos por fiscales, jueces y abogados por la corrupción y hasta las presiones políticas, porque los autores pertenecen a partidos que gozan de influencias en el gobierno y en los estrados judiciales y policiales.