jueves, mayo 2, 2024

Piraí Vaca

Nuestro invitado de lujo hoy en Cvltvral es uno de los grandes guitarristas de la historia de nuestra región. Sin duda es un artista virtuoso elogiado dentro y fuera de nuestras fronteras y aprovechando que se encuentra de gira por la ciudad tenemos esta exclusiva con él… sean todos bienvenidos al show.

¿Cómo nace este irremediable amor con la música?
Este irremediable amor con la música viene desde antes, viene desde una necesidad del universo de mandar a un tipo con, de encomendarle a un tipo, me ha tocado a mí. Este amor por la música viene de antes que yo llegara a este mundo tridimensional; a través de los años me di cuenta que la música es la que me trajo aquí, la música me abre puertas a otras dimensiones que van más allá de lo que podemos captar con los limitadísimos sentidos que tenemos, la música y el movimiento dentro mío o el movimiento fuera de mí, como el baile que se expresa a través de ese movimiento itinerante que define mi vida de músico, el movimiento en toda su expresión, interna y externa. El irremediable amor por la música no tiene explicación, sigue la misma lógica por la cual el sol sale cada mañana y se pone al terminar el día, una lógica que no requiere esfuerzo, que tampoco requiere explicación, ese es el irremediable amor por la música y a medida que pasan los años siento con mayor fuerza la necesidad de llevar este mensaje, la necesidad de que la música que hago yo mueva al público a conocer estos otros espacios que están más allá de nuestros cinco sentidos y el mundo tridimensional.

¿A cuándo nos tenemos que remontar para hablar de tus primeros encuentros “guitarreros”?
Mis primeros encuentros guitarreros se remontan a mis nueve años, mi padre el pintor y muralista Lorgio Vaca regresó de una gira de exposición de Europa y en España me compró una guitarrita pequeñita, totalmente funcional, pero en pequeña, y él fue el que me enseñó los primeros acordes. A mis diez años tuve la suerte de que se fundara el Instituto de Bellas Artes en Santa Cruz y que el profesor Luis Valdez me enseñara desde el comienzo a tocar la guitarra como la toco ahora, solista, solamente toco la guitarra, ahí comienza un matrimonio implícito que no comprendería hasta muchos años más tarde, no me enamoré de la guitarra perdidamente, como sucede con otras personas, simplemente tocaba porque me tocó tocar, sentía que me desarrollaba y se desarrollaba mi personalidad, sentía que se desarrollaba la guitarra, sentía que desarrollaba mi personalidad, desde el principio fue un caminar juntos, la interpretación de la guitarra y de mi propia personalidad en desarrollo, ya a mis quince años mi pregunta era ¿cómo podía tocar la guitarra sin manos? No sabía muy bien qué me estaba planteando, pasaron 20 años más para que yo entendiera lo que significa tocar la guitarra sin manos, desde ese momento, esa pregunta me rondaba y determinaba también, mi relación con la guitarra y la música, una relación que también comprendería muchos años después.

¿Quiénes han representado las principales influencias en tu estilo musical?
Hay dos grandes guitarristas de los cuales he aprendido muchísimo, de uno de ellos personalmente tuve el privilegio de estudiar un año con él en Estados Unidos, con Manuel Barrueco y de otro que se llama David Russell, con el que también tuve una clase, pero eventual, en Cuba y en Alemania.
Los músicos aprendemos de oír, como los artistas plásticos de ver, estos dos guitarristas han tenido una gran influencia en mi vida, sobre todo en mi técnica, más que en mi manera musical de ver las cosas, cuando oigo sé qué es lo que está realizando la mano para obtener esos sonidos, esos matices, esos volúmenes, para diferenciar las voces mediante el sonido y eso lo he aprendido, sobre todo de Manuel Barrueco, eso por una parte, por otra parte mi afición por la música, no solo a la música que hago yo, sino a la música en general, es absolutamente determinante en mí. Así como cuando oigo a Juan Luis Guerra cuando quiero bailar, así cuando oigo a Linkin Park o AC DC cuando voy a trotar, así como cuando de gran introspección oigo a Bach, cada tipo de música nos aporta algo y la música que yo toco también está muy influenciada creo por el rock, el rock pesado, suena un poco insensato, pero creo que es lo más sensato de mi carrera, la difusión de mi trabajo aquí en el país tiene mucho que ver con eso porque para mí lo más importante son los opuestos, de ser capaz de tocar algo sublime, algo que te abra las puertas del cielo, pero después de ello tengo que ser capaz de tocar algo que te agarre de las mechas y te arrastre por el camino de tierra, esos opuestos son importantes para mí y por eso el rock, el rock pesado en especial, tiene una importancia vital en mi interpretación y hasta en mi interpretación de Mozart por decirlo de una manera ¿qué tendrá que ver el rock pesado con Mozart? sería una buena pregunta.

¿Qué buscas expresar mediante tu arte?
Ya te lo he dicho un poco, busco expresar lo que la música produce en mí; lo que produce la música en mí, produce el acceso a otras realidades que van más allá de los cinco sentidos, realidades que me hacen comprender, desde el corazón la humanidad la función de la humanidad el objetivo de la humanidad como conectividad, a través de la música comprendo mejor, las palabras de los profetas, no hablo de una religión hablo de palabras que han sido expresadas por personas que ya han podido ver más allá de nuestro limitado mundo tridimensional, entonces cuando yo toco, intento que eso se reproduzca, no toco con las manos, tampoco toco solamente con el cuerpo, toco con lo que me circunda, toco con el cielo, toco con la tierra, con las energías que esos dos lugares insuflan en mi cuerpo, se mezcla en mi pecho y las manos son el último eslabón, esto no es poesía, es literal, es también una parte del trabajo, la parte racional es otra, donde yo sé perfectamente qué nota tiene que sonar de qué manera y a qué volumen y luego tienes la parte técnica, la cual como una atleta hay que entrenar las manos, estos tres aspectos combinados crean una música trascendental, una música que no deja indiferente a nadie, eso busco expresar mediante el arte.

¿Cómo sería la vida sin música?
La vida sin música sería grave, habría que imaginarse una semana sin oír nada musical, habría que ver que pasaría con la emocionalidad humana.

“Renaciendo” lleva por nombre tu nueva gira ¿Hace referencia a un renacer colectivo tras las duras secuelas del covid?
“Renaciendo” tiene que ver con todo esto que te he contado que venía un año desde antes de la pandemia en mi caso aceleró mis replanteamientos internos, entonces, “Renaciendo” hace referencia a mi propio renacer pero no excluyo en absoluto el renacer por el cual todos de una u otra forma hemos pasado por esta situación tan singular, entonces, “Renaciendo” es algo que nos toca a todos y que yo he vivido de manera muy particular, estos conciertos, jueves y viernes en el Nuna, sábado en el Municipal van a ser unos muy, muy intensos, siento una fuerza particular, una profundidad constante que antes lograba eventualmente, siento un cambio profundo en mí por otras circunstancias personales también y es asombroso cómo se refleja eso en la música que toco y en la sensibilidad y la emoción cuando comparto esta música con el público, vamos a esperar una música en los conciertos en los que vamos a llorar de tristeza, de alegría, de emoción, unos conciertos donde nos vamos a preguntar cómo es posible y vamos a estar ante lo posible.

¿Dónde estarás tocando hoy viernes y mañana sábado?
Hoy en el Teatro Nuna a las 20.00 entrada Bs 120; Teatro Municipal sábado 6 a las 20.00 con las entradas a Bs 50, 70 y 90.

Terminando la gira en Bolivia ¿La misma se extenderá fuera de nuestras fronteras?
Usualmente las giras por Bolivia englobaban hasta quince ciudades durante tres meses, ahora solamente estamos en tres. En diciembre retomo mi actividad internacional, lo que tenía pendiente desde diciembre 2020 se ha pospuesto y va a ser ahora 2021 algo que me pone muy feliz y que plantea la dicotomía que no puedo conciliar, mi gusto por estar en casa que es mi lugar favorito, mi necesidad de estar cerca de Altazor, mi hijo poco menos de 3 años y mi trabajo y estar separado de mi amada es una dicotomía que no logro conciliar y los resultados de la vida, ya todo se acomodará como se acomodó en su momento con mi hija Casiopea que ahora tiene 14 años.

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