sábado, mayo 18, 2024
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Mucho prometido, ¿cuánto cumplido?

Pasado el aniversario patrio, quedan los compromisos y promesas de lo que cada año se hace y así pasan los días en que afloran los interrogantes: ¿esta vez, será cierto lo prometido? Hasta ahora, como resultado de años pasados, ¿qué vimos? ¿Cuánta verdad encontramos y cómo no se cumplió? ¿En este pasar de promesas ¿habrá un buen gobierno? ¿Qué podemos contar y comentar con nuestros hijos? ¿Engañarlos otra vez? Se hace interminable la cadena de lo ofrecido, prometido y no cumplido, ni con visos de ser realidad en el curso de los próximos meses.
Y no es que el pueblo espera cumplimientos inmediatos, sino que las experiencias pasadas le han dejado lecciones sobre frustraciones y desengaños que no se querría repetir. Los políticos, una vez en el poder de la nación, parece que “pierden la memoria” de lo prometido y obran contra sí mismos al hacer casi siempre lo contrario a lo que deberían. ¿Es que el ejercicio de la política partidista los ciega tanto que desestiman todo lo que podría contribuir a que ejerzan debidamente el gobierno de la nación?
El actual régimen tiene muchas experiencias de un pasado en que fue parte de un gobierno dictatorial por casi catorce años; sabe que no debe cometer los mismos yerros y cómo debe manejar a los equipos que lo colaboren; tiene conciencia de que si repite anteriores conductas, solo se asegura fracasos; entonces, corresponde, pues, que no eche al olvido sus buenas intenciones y mejores propósitos; que si lo hace solamente cavará sus propias desgracias; debe tener conciencia de que “practicar políticas de partido” es malo y contraproducente y, si lo hace, conoce las consecuencias. Sabe, finalmente, que el pueblo ha vivido las experiencias no solamente del anterior gobierno sino de anteriores y que, de régimen en régimen, ha sufrido las consecuencias de haber confiado en promesas y hasta juramentos.
Es importante que el gobierno del presidente Luis Arce tenga presente su pasado, al margen de examinar lo ocurrido con otros regímenes, para no cometer errores y tratar de comprender plenamente que ha sido elegido para servir al país y no para servirse de él. Entender que es preciso restablecer la institucionalidad y observar conductas acordes con la Constitución y las leyes; tiene que actuar amando y respetando los derechos del pueblo si quiere contar con su apoyo y concurso.

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