jueves, mayo 2, 2024
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Cuando los abuelos hacen el papel de padres

Por: Gabriela Sabater, psicóloga

 

Los abuelos siempre han tenido un papel activo en la crianza de los nietos, es una evidencia. No obstante, en las últimas décadas su posición ha sido mucho más significativa. Ellos han sido y están siendo proveedores de atención, cuidado, sustento, educación y crianza. Cuando los padres deben cumplir con sus responsabilidades laborales, es la generación más mayor la que desempeña esas labores básicas de cuidado.

Aunque lo cierto es que cuando un abuelo y una abuela esperan con ansia el nacimiento de su primer nieto, no siempre se les pasa por la cabeza que, en algún momento, podrían desempeñar la función de padres con ese niño. De pronto, pueden verse teniendo que hacer ajustes en su vida de jubilados para integrar esas dinámicas que, por ley de vida, deberían ejercer los padres.

Ahora bien, trabajos de investigación como los realizados en la Universidad de Melburne (Australia) señalan algo importante. Si bien es cierto que en muchos casos los abuelos hacen el papel de padres, esto sucede porque los propios padres confían en las capacidades de sus propios progenitores. Sienten que ese vínculo puede ser enriquecedor para los pequeños (Greenblat y Ochiltree, 1993; NICHD, 1996).

No obstante, dichas situaciones no dejan de tener ventajas y desventajas. Las analizamos.

Criar nietos, una experiencia compleja pero enriquecedora

Cuando los abuelos hacen el papel de padres el motivo no es siempre el laboral. Hay muchas más razones por las que deben, en un momento dado, cumplir esa función. Las adicciones, los problemas legales o incluso el fallecimiento de los progenitores puede situar de pronto a un abuelo o una abuela en esa tarea de crianza continuada.

  • Estos vínculos son enriquecedores y positivos en buena parte de los casos.
  • Los abuelos de hoy en día son personas vitales, saludables y con un mejor nivel educativo que las generaciones anteriores. Esto revierte de manera positiva en la educación de los niños.
  • Son personas más pacientes, con experiencia y que priorizan la conexión emocional.
  • Asimismo, hay una ventaja indiscutible. Una parte importante de los abuelos que atienden a sus nietos ya están jubilados y esto les permite poder compartir todo el tiempo con ellos. Esa disponibilidad absoluta en altamente enriquecedor para los pequeños.
  • Asimismo, los adultos mayores favorecen en los niños esa capacidad tan necesaria para reflexionar, transmitiéndoles, además, un legado valioso de su conocimiento cultural, así como las tradiciones familiares y comunitarias.

 

Problemas comunes cuando los abuelos hacen el papel de padres

  • Hay un hecho innegable y es que cuando los abuelos tienen demasiada responsabilidad con sus nietos, a menudo, dicha posición hace que se pierdan ciertos “elementos mágicos” tan comunes en este vínculo (Kornhaber, 1996). De pronto, se ven obligados a tener que poner normas, marcar disciplinas, poner límites y corregir conductas que no son apropiadas.
  • Muchas veces, estas pautas que imponen los abuelos no están en sintonía con la de los padres y esto puede causar discrepancias. En cierto modo, algo que intentan cumplir los adultos mayores es adherirse a la “norma de no interferencia”.
  • Saben que no tienen derecho a decirles a sus hijos cómo educar a los nietos. Sin embargo, cuando los niños pasan todo el día en casa de los abuelos, ese principio se acaba rompiendo en muchos casos. Por otro lado, está el aspecto del agotamiento físico y psicológico.
  • Tener que criar a uno, dos o tres nietos también resulta agotador, por no hablar de que en muchos casos los abuelos tienen que dejar a un lado sus intereses y vida social. Cuando los abuelos hacen el papel de los padres, lo cumplen con inmenso afecto, es cierto. Sin embargo, esta, al fin y al cabo, es una tarea que no les pertenece.

 

Conclusión

Los abuelos y las abuelas siempre han sido figuras claves en la crianza de los nietos. Son proveedores de ese apoyo, de esa complicidad y ese cariño enriquecedor tan necesario para el desarrollo del niño, pero su papel nunca debería ser el de sustituir el papel de un padre o una madre. Sin embargo, y debido a múltiples factores —como el actual mercado laboral y la falta de conciliación— pueden verse en esta tesitura.

Son desafíos personales de gran complejidad que muchas familias manejan a diario, buscando y promoviendo siempre, el bienestar y la felicidad de los más pequeños en todo momento.

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