lunes, mayo 13, 2024
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La pérdida de popularidad y decadencia de Evo Morales

Informaciones diarias de medios de comunicación dan a conocer una creciente división del partido jefaturizado por el expresidente Evo Morales. Se señala que tiene dos corrientes, un progresista y otra de conservadores, que se enfrentan en una lucha por el poder. Ese problema interno, que es también síndrome de su decadencia, se lo observa en una serie de hechos desde hace casi dos años y que son percibidos por la población.
Al respecto, se puede recordar que todas las cosas, partidos políticos, gobiernos, Estados, etc., están en la situación de seguir la suerte inevitable de su nacimiento, desarrollo y desaparición, y este caso no es alguna excepción.
El MAS nació como una fuerza de varias clases, unidas por objetivos generales que le llevaron al poder, sin ser necesario hacer referencia a otras causas. Pero, una vez conseguidos esos grandes objetivos, esas clases sociales quedaron sin tener a quien represente sus intereses e inclusive empezaron a enfrentarse unas con otras, hecho que determinó una debilitación general del apoyo que tenía hasta entonces. No solo eso, la militancia se sintió decepcionada debido a que no fueron satisfechas las necesidades que encarnaba cada una de esas clases. El movimiento se resquebrajó y cada una de las partes empezó a seguir su propio camino y algunas de ellas a pasarse a la oposición.
Fue entonces que Evo Morales empezó a pedir la “unidad del partido” y la necesidad de actuar en conjunto. El insistente pedido de unidad no era sino la intuición de Evo de que algo lo estaba debilitando, actitud que se demostró cuando perdió el referéndum del 21F, cuando las clases más decepcionadas del MAS votaron para que no vuelva a reelegirse. Ya la división era un hecho que crecía rápidamente.
En efecto, finalmente, en ese proceso el MAS resultó dividido en dos grandes corrientes, lo cual se manifestó en el apoyo relativo que obtuvo en las elecciones de octubre de 2019 y que, en vista de su debilidad, permitió que la oposición al MAS se convierta en un levantamiento social que determinó la fuga del mandatario y su renuncia, hechos que dieron fin al régimen masista. La relación de fuerzas cambió entonces drásticamente. El ciclo histórico del MAS estaba terminado.
Esa fragmentación estaba en proceso y registró una nueva escalada objetiva para las elecciones de octubre del 2020, cuando diversas corrientes del MAS querían tomar el poder para hacer cumplir sus metas históricas democráticas y dejar de lado las metas populistas. Entonces, al funcionar el dedazo del jefe, se produjo la rebelión de las bases despreciadas y el MAS se dividió materialmente en dos corrientes: la populista de Evo Morales y la democrática, cuya cabeza visible resultó ser Eva Copa, que ganó la alcaldía de El Alto y, en alguna proporción, el presidente Arce, representando los objetivos democráticos del pueblo.
El viejo Movimiento al Socialismo ya cumplió su ciclo histórico y como dice la sentencia bíblica, “santo que pasó su fiesta… a un rincón”, lo que resulta inevitable a pesar del empecinamiento de Evo en creer que vive a principios del presente siglo y, a la vez, desconocer la existencia de nuevas realidades que buscan representar nuevas organizaciones partidarias, inclusive dentro del mismo MAS.
De ahí que las nuevas peticiones de unidad solo originan más división y la palpable pérdida de popularidad de Evo Morales que, sin embargo, no deja de lanzar bombas retóricas para poner a salvo su prestigio. Aún más, ni siquiera parpadea frente a lo que está sucediendo en materia de confrontación en su tienda partidaria.
En cierto sentido, el movimiento social ha cambiado al MAS. La expectativa de los demócratas, ahora encabezados por Eva Copa (que sostiene que ella no traicionó a Evo, sino Evo la traicionó), ha producido un sisma insuperable por la presencia de una fuerte presión desde abajo para para promulgar una nueva corriente, porque la teoría del MAS ya no funciona. Las tendencias de izquierda de la corriente centrífuga de Eva Copa están íntimamente conectadas con el triunfo del progresismo renovador, y que representan a las fuerzas progresistas del país.

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