En un ambiente selecto y lleno de finos detalles, el embajador de Italia, Fabio Messineo, y su esposa, Silvia Abello de Messineo, celebraron la «Festa della Repubblica Italiana», que se recuerda el 2 de junio.
En la selecta celebración resaltó no solo la rica cultura italiana, sino también los profundos lazos de cooperación y amistad que unen a Bolivia e Italia.
En el marco cargado de significado, el discurso del embajador Messineo se convirtió en el punto central del festejo patrio, detallando décadas de colaboración fructífera.
El embajador, con palabras que evocaban la historia y el compromiso, destacó la intensa actividad de cooperación bilateral y multilateral entre Italia y Bolivia. Subrayó que esta colaboración se ha manifestado en la construcción, reestructuración y financiación de diversas infraestructuras clave, mencionando específicamente el aeropuerto Jorge Wilstermann de Cochabamba y el hospital Daniel Bracamonte de Potosí, como ejemplos palpables de este apoyo.
En un recuento que abarcó 40 años, el embajador enfatizó la realización de más de 200 proyectos con un valor nominal que asciende a 350 millones de euros. «Recientemente, la agencia de cooperación italiana ha afianzado su compromiso con Bolivia, firmando un convenio de 12 millones de euros para el desarrollo del turismo cultural. Además, se han desembolsado 5 millones de euros para servicios de salud de primer nivel y se encuentra en camino un acuerdo de 25 millones de euros para un proyecto de agricultura sostenible. A estas iniciativas se suman proyectos de alrededor de 4 millones de euros a cargo de ONG italianas», detalló el anfitrión.
El discurso también resaltó la cooperación a través de la Unión Europea y organismos de las Naciones Unidas, donde Italia figura entre los principales contribuyentes, y muchos otros programas de ayuda.
El embajador concluyó su intervención subrayando que, si bien los créditos y las obras son importantes, lo que verdaderamente cuenta son los lazos personales forjados a lo largo del tiempo. Resaltó la dedicación y el compromiso de miles de italianos que se han identificado plenamente con los deseos y sueños de los bolivianos, creando puentes de verdadera amistad entre ambas naciones. Toda esta actividad fue definida como una «verdadera diplomacia de los pueblos», sin agendas políticas y con el único interés de contribuir al bienestar de la sociedad boliviana.
