Edwin Rojas, presidente del Banco Central de Bolivia (BCB), informó que unos expertos están trabajando para la presentación del “Boliviano virtual”, la moneda digital del banco central (CBDC por su sigla en inglés). Esta noticia ha generado una ola de comentarios sobre su aplicación y su presentación en agosto, para las fiestas del Bicentenario. Creemos que es una medida improvisada y demagógica, de un gobierno que debería guardar ese tipo de medidas estructurales para que un futuro gabinete asuma las decisiones más seriamente.
Decimos improvisada y demagógica, porque los bancos centrales del mundo han venido estudiando este proyecto mundial desde 2019, como China con el Yuan digital y no puede implementarlo de manera total hasta ahora, lo mismo en la Unión Europea con su Euro Digital, en Nigeria el E-Naira fue un fracaso, lo mismo con el Petro en Venezuela.
Se ha llegado a decir que el “Boliviano virtual” es una copia del “Petrodólar” venezolano, son similares por las características de ambos países socialistas que viven una crisis económica, con la inflación y devaluación del Bolívar en el país caribeño. El Petro tuvo una presentación con bombos y platillos, anunciando que sanearía la economía, por estar respaldado en oro y petróleo, pero lo único que fortaleció es la economía de algunos funcionarios públicos encargados del proyecto. Los venezolanos al final no adoptaron esa estafa porque prefieren sistemas más descentralizados, como Bitcoin y por ahí Usdt Tether.
Cada día se pronuncian más personas sobre este fenómeno porque hay más usuarios de Binance P2P qué usan esa plataforma para comprar y vender criptoactivos, por falta de dólares físicos en plena caída del boliviano.
En una anterior nota, denominada: “Normas bolivianas contra la visión de Satoshi”, describíamos cómo el gobierno mediante la Unidad de Investigación Financiera (UIF), persistía en cometer ambigüedades y contradicciones en su normativa. Decíamos que la R.A. Nº 19/25 establece que están obligados a registrarse las personas naturales y jurídicas que “desarrollan negocios y actividades comerciales con fines de lucro”. Esa clasificación incluye a todos los poseedores de activos virtuales, porque éstos, en su naturaleza y esencia misma, han sido creados para obtener lucro. Tal vez, para mejorar la norma no deberían incluir a personas naturales, solo a personas jurídicas en sus registros de PSAV, como lo hacen otros países.
Analistas, como Mario Durán Chuquimia, apoyan esta visión lucrativa, quien también apoya una propuesta que hicimos como Comunidad Bitcoin Bolivia, en el artículo: “Algunas propuestas para el desarrollo tecnológico de Bolivia”, donde indicábamos que Bolivia debe adoptar el modelo salvadoreño y ahora de EEUU para que el Estado considere tener reservas estratégicas en Bitcoin, acumularlo inmediatamente, también ver la posibilidad de minarlo con energía sostenible. Los candidatos deben tomar esta propuesta, pero nosotros vamos más allá, Bolivia es un infierno fiscal represor, por lo mismo, debe existir una ley, como en El Salvador, de exención total de cualquier tributo, tasa, patente, arancel aduanero, a las personas naturales o jurídicas, nacionales o extranjeras, que desarrollen actividades comerciales en sectores productivos relacionados con la tecnología.
Así como se viene manejando la economía, el gobierno sólo demuestra improvisación, ambigüedad y demagogia, que preocupa a la población, por un lado, por el afán de control y vigilancia que quieren tener sobre una tecnología en su esencia descentralizada, con un afán desesperado de seguir recaudando impuestos a costa de los contribuyentes cibernéticos. Asimismo, quieren mostrar supuestos logros para las futuras tristes fiestas del Bicentenario.
Sobre el Petro boliviano
Luis Christian Rivas Salazar
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