lunes, mayo 12, 2025
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El Estado inoportuno

Marcelo A. Valero Alanes

Parte II

Es una equivocación creer que estamos sentados en una silla de oro, pues los recursos naturales no son la riqueza de un país, sino los productos que se arrancan de la tierra, el trabajo y la producción con valor agregado. Hay que aclarar que las cuentas fiscales tampoco son la riqueza del pueblo, sino el dinero del que dispone la gente en su bolsillo. Es una mala política que un Estado ponga dinero en el bolsillo de la gente (como en la Argentina kirchnerista), antes que propiciar que la gente genere su propio dinero. Es que el Estado tiene que facilitar la creación de la riqueza privada y esto hará que el Estado tenga buena recaudación, al contrario del Estado que exacciona al pequeño contribuyente, pero es ciego para los grandes capitales no declarados, que mueven sus fortunas en la banca y bienes raíces, demostrándonos que no somos iguales ante la ley.
Otra ausencia notoria del Estado es por el bajo presupuesto para salud, pero está presente inoportunamente cuando financia propaganda y comunicados gubernamentales a ser difundidos por medios televisivos y radiodifusoras. Y presupuestó recientemente Bs. 5.000.000 en publicidad política, cuando ese presupuesto puede ser redirigido a reforzar el sistema de salud, pues es cruel el trato al ciudadano común cuando sufre un quebranto de salud, ya que tiene que esperar humillantemente desde la madrugada por atención médica especializada y no puede ser tratado por falta de equipos médicos (como los tomógrafos) o medicamentos en un sistema de salud pública sobrecargado, porque otras son las prioridades del gobierno, como estar en permanente campaña electoral o buscar grupos clientelares para beneficiarse de bolsones electorales.
Pero si un gobierno es bueno, será algo tan evidente, que el propio pueblo brindaría su apoyo, sin necesidad de la sofronización de mensajes gubernamentales a la que se ve sometido por todos los mass media, pudiendo tener, como en Brasil, un canal donde se transmita en vivo las sesiones legislativas, pues ¿para qué ver la misma noticia repetida una docena de veces en la tv de señal abierta? Así el que quiera enterarse del quehacer político podría sencillamente poner el canal del poder Legislativo o Ejecutivo y con este recorte en información gubernamental, tal vez mejore la calidad de canales privados de señal abierta, que hace rato dejaron de ser críticos y educativos por su dependencia del Estado inoportuno.
La función del Estado, más que de un gerente omnipresente, debe ser similar al de un policía de tránsito, quien no repara en el tipo de auto ni en quién lo conduce, sino que facilita el flujo de transporte, sanciona infracciones y evita atascos. Esto trasladado al Estado significaría una economía con un Estado razonablemente regulador, cuya función económica debe ser facilitar el flujo comercial, como garante entre partes, con carreteras en óptimas condiciones y con acceso irrestricto a energía, no entorpecer con sobre regulaciones y sobre tributaciones, y sancionar las infracciones cometidas contra los usuarios de bienes y servicios.
Además, el Estado debe tener un servicio civil altamente profesionalizado y de planta, cuyas funciones específicas deben ser la administración de la justicia, la regulación del sistema monetario y la seguridad interna y externa, pues multiplicar funciones hace que “el que mucho abarca poco aprieta”. Lo que se traduce en un Estado que al tener múltiples funciones, tiene gran presencia, pero poca fuerza de ley para hacer cumplir la Constitución y las normas sectoriales, como el resguardo de ecosistemas protegidos con las poblaciones contenidas en ellos. Por eso el Estado oportuno debe tener pocas funciones, pero ejercidas con eficacia y eficiencia para no malgastar presupuesto y recursos humanos. Así pasaremos de tener un Estado inoportuno a un Estado de acción oportuna, con una economía que facilite la creación de riqueza privada, que no dificulte los emprendimientos, evitando distorsiones por los mercados negros y paralelos, y con una justicia ágil y transparente.

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