Se suele decir que en Bolivia nuestra salud mental está deteriorada a raíz de tantos y graves problemas. A ello se suma que el uso excesivo del celular y las redes sociales también afecta sobremanera. Pero, en este caso, el problema ya es a mundial: ¿Por qué enfrentamos una crisis global de salud mental y cómo podemos protegernos?, pregunta Martina Cortés Moschetti en una nota.
Destaca que según un reciente estudio de Project Hope, citado por Mindfood, la crisis mundial de salud mental es una realidad innegable que está afectando a millones de personas. Estrés, ansiedad, agotamiento y desconexión son cada vez más comunes, y la depresión ha pasado a ser la principal causa de discapacidad a nivel global. Más de uno de cada ocho individuos padece un trastorno de salud mental, ¿por qué está sucediendo esto? Investigaciones recientes apuntan a una causa profunda: el entorno moderno en el que vivimos, que se ha alejado de lo que los seres humanos realmente necesitamos para prosperar. Vivimos en un mundo híper conectado, donde las notificaciones constantes y el consumo de redes sociales son ya una rutina diaria. Pero esta conectividad no trae consigo mayor conexión emocional. En un estudio reciente, el 75% de la Generación Z dijo que el uso nocturno de redes sociales afectaba negativamente su salud mental, y muchos revisaban sus teléfonos incluso durante conversaciones cara a cara, enfatiza Cortés Moschetti.
Nunca habíamos estado tan conectados digitalmente, pero la sobrecarga de estímulos y la constante distracción nos están llevando a sentirnos más solos y desconectados, acota. La soledad ha alcanzado, proporciones preocupantes: aproximadamente el 50% de los adultos en los EEUU reportan sentirse solos. La sociedad moderna ha sustituido las comunidades unidas, por hogares nucleares aislados y teletrabajo, lo que dificulta el desarrollo de relaciones auténticas. Vivimos en una era de desconexión social, que afecta nuestra salud mental, en profundidad. Otro factor que alimenta la crisis de salud mental es la cultura que premia el materialismo, el éxito individualista y la apariencia. El psicólogo Tim Kasser ha demostrado que cuando priorizamos el dinero, la fama y el estatus sobre los valores intrínsecos como la comunidad o el propósito personal, nuestro bienestar se ve gravemente afectado, explica Cortés.
En un mundo tan acelerado y desconectado, se pregunta ¿qué podemos hacer para proteger nuestra salud mental? Aunque los problemas globales no desaparecerán de inmediato, hay cambios sencillos, pero poderosos que pueden ayudarnos a reconectar con lo que realmente importa. Practicar la atención plena; reconectar con nuestros valores fundamentales: Identificar lo que realmente importa, como la familia, la generosidad o la empatía, y actuar en consecuencia puede ser transformador. Priorizar la conexión humana real. El mundo exterior puede seguir siendo incierto y caótico, pero al reconectar con nuestra sabiduría interior, podemos encontrar la fortaleza para mantener nuestra salud mental en medio de la tormenta.
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