Desde mediados del siglo pasado, el Departamento Santa Cruz fue objeto de creciente cantidad de inversiones por parte del Estado, y con la carretera asfaltada desde Cochabamba a esa región, entró a una etapa de notable desarrollo económico, que al mismo tiempo le da muchas posibilidades de prosperidad en el futuro.
Al respecto, es posible comentar que el gobierno de la Revolución Nacional de los años 50, tenía una política económica interna que propendía al equilibrio de las inversiones, evitando en esa forma diferencias regionales entre oriente y occidente del país. Al mismo tiempo, esa actitud significó aplacar corrientes separatistas y se produjo la unidad nacional.
Ese proceso duró alrededor de cincuenta años, pero empezó a deteriorarse desde principios del presente siglo y, entonces, fue creciendo una política discriminatoria con sentido económico. Y es que se produjo un abrupto viraje en la línea financiera, en relación con Santa Cruz, que resulta favorecida, mientras que el abandono es cada vez más acentuado en la región occidental que comprende gran extensión del territorio nacional.
El actual Estado Plurinacional prácticamente puso fin a esa política igualitaria de hacer inversiones en el territorio nacional. Y pese a anuncios en sentido contrario, empezó a volcar todos sus esfuerzos hacia Santa Cruz y dejar en el olvido a departamentos como La Paz, Oruro, Potosí, Chuquisaca, Cochabamba y Tarija. Al mismo tiempo, fueron subestimados Beni y Pando.
Esa tendencia discriminatoria y hasta cierto punto racista, nacida hace aproximadamente veinte años, ha seguido un ritmo creciente desde entonces y Santa Cruz estaría recibiendo inversiones económicas, técnicas y hasta apoyo político, lo cual significa abiertamente que el gobierno del Estado Plurinacional ha decidido discriminar a las zonas andinas y valles, sin que se sepa actualmente cuáles son las causas para tal situación. Además, los gobernantes afirman que no se debe discriminar.
Por otro lado, el gobierno del MAS ha dictado la Ley de lucha contra la discriminación en octubre de 2011, pero, al contrario de lo que predica esa norma, las autoridades la violan y, acentuando las diferencias entre oriente y occidente, fomentan actitudes discriminatorias, separatistas y otras.
Lo cierto es que, en los últimos quince años, Santa Cruz ha sido objeto de inversiones por millones de dólares, lo cual está bien en sentido amplio. Pero, lamentablemente, el resto del país recibe migajas. Es notable que inclusive pareciera que los acuerdos del gobierno nacional con los empresarios carecen de visión nacional y democrática, más aún cuando se destaca que Santa Cruz resulta favorecida y, al contrario, el occidente casi nada ha recibido.
Finalmente, destacamos que las inversiones en el oriente son justas, sin embargo, causa malestar que sea discriminada la región andina y los valles, que no reciben lo que les corresponde del banquete populista. Además, las entidades cívicas guardan silencio acerca del preocupante asunto de la discriminación que sufre La Paz.