Tras la sorpresiva muerte del falso gastroenterólogo chileno, Christian Gosen, y su pareja en una clínica de Santa Cruz, la abogada de las 20 víctimas, Roxana Cuéllar, advirtió que el proceso terminaría sin que se pueda exigir resarcimiento económico al no quedar alguien a quién procesar; sin embargo, las víctimas aguardan un informe oficial que certifique la muerte y que explique cómo el sujeto logró burlar a los custodios e ingresar un arma de fuego para quitarse la vida.
Gosen fue hallado muerto el pasado martes en horas de la noche, en el baño de una clínica de Santa Cruz, donde recibía tratamiento de hemodiálisis por orden judicial, pues cumplía detención preventiva en Palmasola. Luego de pedir a sus custodios ir al baño con su pareja, se escucharon disparos y se lo encontró sin vida, pues se disparó en la cabeza luego de herirla, según la Policía. La mujer falleció en el camino al hospital San Juan de Dios.
El director de Régimen Penitenciario, Juan Carlos Limpias, descartó que el arma de fuego utilizada haya pertenecido a alguno de los custodios policiales, por lo que infirió que la mujer fue quien ingresó el arma al centro hospitalario. En consecuencia, las investigaciones del caso se iniciaron como homicidio y posterior suicidio, informó la Policía.
Por su parte, Cuéllar lamentó que, con la muerte del imputado, el proceso se extinguirá e incluso no habrá resarcimiento económico a las 20 personas que denunciaron a Gosen, pues no quedaría nadie que responda por el daño ocasionado.
La jurista señaló que, para que exista resarcimiento, se debía tener una sentencia ejecutoriada, “la cual no va a llegar porque el proceso prácticamente muere ahí”, lamentó, pues ya no se puede procesar “ni siquiera a la pareja, que era prácticamente una coautora”.
Sin embargo, la abogada agregó que la familia aguarda un informe oficial de la Policía que certifique el deceso del acusado y que se demuestre que efectivamente ha estado en Palmasola, además de que haya podido acceder a un arma de fuego burlando la custodia policial. Cuéllar agregó que espera la asignación de un fiscal.
Limpias agregó que el fallecido contaba con el permiso para asistir tres veces por semana (martes, jueves y sábado) a un centro de hemodiálisis, pues era paciente renal, para recibir tratamiento médico con escolta policial entre las 15:00 y 20:00.
Gosen fue enviado a la cárcel con detención preventiva por los delitos de falsedad material ideológica y ejercicio ilegal de la medicina. Huyó de la justicia chilena y se estableció en Santa Cruz, donde se hizo pasar como gastroenterólogo, logrando engañar a unos 50 pacientes, a quienes cobraba hasta 21.000 bolivianos por tratamientos médicos y cirugías. Al menos dos personas a las que intervino, perdieron la vida.