En el horizonte de la humanidad se perfila una Tercera Guerra Mundial, trayendo consigo una funesta serie de desgracias, dolorosas no solo para las fuerzas que podrían participar en el evento catastrófico, sino para millones de seres humanos, y hasta con el peligro de que se pierda todo lo que se ha logrado por la evolución social.
Un nuevo conflicto bélico de esa naturaleza se está gestando entre el conjunto de naciones europeas, frente a la creciente amenaza expansionista de Rusia, encabezada en la actualidad por el presidente Vladimir Putin, que va mostrado actitudes típicas de la dinastía de los Romanof que durante cuatro siglos llegó a ocupar y arrasar todo el vasto territorio de Asia.
Al parecer, la chispa que podría originar esta nueva conflagración mundial es la invasión de los ejércitos de Rusia a la nación de Ucrania.
Por otro lado, el mundo libre está reaccionando en forma defensiva para detener ese movimiento de conquista y colonización de naciones, proceso sangriento que nos hace recordar a uno de los primeros zares, conocido como Iván el Terrible.
Al parecer, la chispa que podría provocar esta nueva conflagración mundial es la invasión de los ejércitos de Moscú a la nación soberana e independiente de Ucrania que, por su parte, se defiende heroicamente ante ataques mortíferos de una potencia de cerca de 20 millones de kilómetros cuadrados.
Una Tercera Guerra Mundial, tomando en cuenta los actuales avances tecnológicos en materia de armamento y las técnicas belicistas, tendría características nunca antes vistas, pues ya no habría enfrentamientos decisivos en campos de batalla, entre ejércitos formados por miles de soldados, sino que prevalecerían los bombardeos con misiles a las ciudades consideradas enemigas, sin respetar las vidas hasta de civiles indefensos. En efecto, en una nueva guerra de esta naturaleza, ya no se producirían grandes batallas y tampoco morirían grandes cantidades de soldados, sino que las poblaciones urbanas serán destruidas por bombas lanzadas a distancia, como está ocurriendo durante la invasión rusa a Ucrania y en la guerra de aniquilación lanzada por Israel contra los palestinos en la Franja de Gaza, con resultados escalofriantes por la cantidad de muertos, heridos y desaparecidos.
En todo caso, la humanidad espera que los gobiernos de los países involucrados en conflictos bélicos y los organismos internacionales que agrupan a las naciones en el mundo, redoblen sus esfuerzos para que una nueva guerra mundial no comience, considerando los enormes males que han causado las dos anteriores.