En ocasión de celebrar un aniversario más del natalicio de Su Majestad, el Emperador Naruhito del Japón, el embajador Hiroshi Onomura, y su esposa, Reiko, ofrecieron una recepción social en los jardines de su residencia.
Gran cantidad de invitados fueron partícipes del festejo, donde se vio la elegancia de los anfitriones y de damas japonesas ataviadas con finos kimonos, confeccionados en seda con estampados de flores, como lució la esposa del Embajador.
El sexagésimo cuarto cumpleaños de Su Majestad mereció un efusivo saludo por parte del embajador Onomura, quien aprovechó la ocasión para reflexionar sobre el momento de inflexión histórica que vive el mundo, no solo por los múltiples conflictos, sino también por los movimientos orientados a dividir a la propia comunidad internacional, y puntualizó que Japón seguirá buscando la construcción de un orden internacional libre y abierto, basado en el estado de derecho promoviendo la diplomacia de paz, sustentado en el diálogo por encima del uso de la fuerza, a fin de llevar al mundo hacia la cooperación mutua en lugar de la división y la confrontación.
El anfitrión celebró también por los 110 años años del establecimiento de relaciones diplomáticas con Bolivia y 125 años de la primera migración de japoneses, «Son dos hitos que muestran la larga historia de intercambios entre nuestros países», dijo.
A continuación, se escucharon las congratulaciones del vicecanciller Elmer Catarina, en represetación del Gobierno boliviano, culminando el acto protocolar con un sake de honor.
El festejo fue matizado con la presentación de karate, demostración de la ceremonia del té, degustación de helados y chocolates elaborados a base de Matcha, y un exquisito buffet típico del Imperio del Sol Naciente.
