Por equipo editor
Recordemos que…
La lectura es un proceso en el que el lector accede a una información determinada mediante el lenguaje visual o escrito. Este enfrenta el proceso de decodificar e interpretar ciertas palabras, números o símbolos, los cuales traduce en información dentro de su mente, los decodifica y aprende.
Este proceso implica un proceso profundo de comprensión, y esta acción involucra la práctica detallada de habilidades mentales superiores como la predicción, la inferencia, la síntesis, el análisis, entre otros; el trabajo del lector aporta conocimientos previos, establece hipótesis, elabora inferencias para comprender lo que se sugiere, para finalmente construir significados posibles.
¿Cuáles son las etapas de la lectura?
Cuando hablamos de las etapas de la lectura, estas se dividen en tres pasos: prelectura, lectura y poslectura.
Prelectura
En la prelectura, lo primero que se hace es responder mentalmente a las preguntas que van saliendo antes de leer el tema y con solo pasar las páginas: ¿De qué tratará?, ¿cuáles son los puntos más relevantes?, etc. En los libros de texto de primaria se ve muy bien esta fase de la lectura, ya que su estructura tiene como característica específica esta idea.
Lectura o Lectura crítica
Una vez finalizada la prelectura, lo que haremos será volver a leer el texto, pero esta vez comprendiendo lo que dice y parando cada cierta cantidad de párrafos para entender el tema de estudio, según el criterio del lector.
En esta fase de la lectura se debe realizar un análisis estructural de la misma y un aprendizaje significativo. Si es preciso, y casi de carácter obligatorio, se puede servir de un resaltador para ir señalando los conceptos más importantes. De esta forma, una vez finalizada esta fase de la lectura, a simple vista, podremos diferenciar conceptos básicos, de otros más secundarios y definiciones literales de simples comentarios que el autor del tema o libro nos hace referidos a un punto en concreto.
Poslectura
Una vez hecha una lectura ligera y otra mucho más profunda y crítica, lo que sigue es hacer un análisis de lo leído. Para ello es bueno usar los apuntes, resúmenes, mapas mentales, esquemas y demás herramientas con el fin de plasmar lo más importante que se ha leído. De esta manera afianzar los términos, reorganizar ideas y tener un guion que sirva para estudiar todo lo leído y extraído de esa lectura.
Se sugiere usar la colaboración de lápices de colores, bolígrafos de diferente tonalidad, etc., para así diferenciar los distintos tipos de datos que se puede encontrar en un tema de estudio: fechas, conceptos importantes, conceptos secundarios, explicaciones, etc.
