miércoles, abril 24, 2024
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Factores que influyen para agresividad canina

Parte I

Los perros que pasean diariamente con sus dueños son menos agresivos. Y los canes con mujeres tutoras supuestamente ladran menos ante la presencia de extraños. En tanto, las mascotas caninas más pesadas tienden a ser menos insolentes con sus dueños que las pertenecientes a la categoría ligeros. Los pugs, también llamados carlinos o doguillos, los bulldogs, los shih-tzus y otros animales con sus hocicos achatados pueden ser más agresivos con los humanos que los perros de hocico mediano y largo, como en los casos del golden retriever y del popular mestizo o paria marrón claro.
Fue lo que demostró un estudio a cargo de investigadores de la Universidad de Sao Paulo (USP), en Brasil, con 665 mascotas caninas de distintas razas, incluidos perros mestizos (sin una raza definida). En dicha investigación, publicada en la revista Applied Animal Behaviour Science, se relacionaron factores morfológicos, ambientales y sociales con los perfiles de agresividad de los canes domésticos. El cruzamiento de datos demostró que no solamente cuestiones tales como el peso, la altura y el tamaño del hocico se encuentran asociadas a la mayor o menor incidencia de agresividad, sino también otras relacionadas con las historias de vida de los animales y las características de sus tutores.
De acuerdo con el referido artículo científico, estos resultados confirman la hipótesis de que la conducta de los perros no es algo que queda definido únicamente a través del aprendizaje, ni es tampoco únicamente genética. Se trata del efecto de una interacción constante con todo lo que rodea la vida de los animales. El estudio contó con el apoyo de la FAPESP en el marco de un proyecto sobre el abordaje etológico de la comunicación social entre diversas especies, entre ellas la humana (lea más en: agencia.fapesp.br/37334).
“Estos resultados ponen de relieve algo que estamos estudiando desde hace algún tiempo: el comportamiento emerge de la interacción de los canes con su contexto, es decir, con el ambiente y en función de la convivencia con sus tutores, por ejemplo, además de su morfología, por supuesto. Todos estos factores tienen impacto sobre la forma de interacción de los perros con el ambiente y también sobre la manera en que interactuamos con ellos”, explica Briseida de Resende, docente del Instituto de Psicología (IP-USP) y coautora del artículo.

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