Contaminación de los ríos del oriente, un grave atentado

Entre las políticas del gobierno es muy raro que no existan puntos o disposiciones referidos a la preservación de ríos importantes que atraviesan el territorio nacional y que, dada su magnitud, ocupan un sitial importante en el concierto continental. En el caso de los grandes ríos como Amazonas, Acre, Beni, Mamoré, Iténez, Madre de Dios y otros, pobladores de las riberas y sus cercanías viven totalmente descuidados, por falta de atención de funcionarios del Estado en los aspectos de salud, educación, apertura y conservación de caminos. Esos habitantes no cuentan con hospitales ni servicios de seguridad social, religiosos y carecen de otras múltiples atenciones a poblados completamente desguarnecidos, en los que no hay policía ni presencia militar, por tratarse de regiones fronterizas.
Todos los problemas habidos en territorios cercanos a los grandes ríos, muestran dejadez e indiferencia de los gobiernos que dejan hacer y dejan pasar todo tipo de problemas. En un alarmante caso, las poblaciones ribereñas nada pueden hacer ante comerciantes de mercurio que, legalmente o por contrabando, introducen ese químico al país, que luego es trasladado en turriles por los ríos hasta el sur, donde se lo comercializa sin control. Lo cierto es que hay contrabando de todo tipo de mercadería, promovida inclusive por narcotraficantes y comerciantes ilegales, que sirven por igual al campo legal como al delictivo. Se trata, pues, de la llamada “tierra de nadie” y cuando surgen denuncias ante alguna autoridad que pasa por cualquiera de esos sitios, se limita a anunciar medidas que al final nunca son cumplidas.
Cuando los medios de comunicación dedicamos espacios y tiempo a estos problemas, hay profusión de promesas y muy especialmente de “consejos para que la prensa no se meta porque…”. ¿Qué hacer ante situaciones como éstas y muchas otras que puedan presentarse? ¿Qué dicen los responsables de ministerios de Defensa, Gobierno y otros respecto a estos casos? En poco tiempo preguntaremos por lo planteado ahora y la respuesta será siempre la misma: “Ya se comunicará qué se hace; entretanto, tengan paciencia…”.