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Amaranto, excelente fuente nutricional

Por: Josselin Melara

El amaranto constituye una excelente fuente de aminoácidos, muy útil para aumentar el consumo de proteínas de origen vegetal y obtener a la vez muchos otros valiosos nutrientes.

Entre los cereales y pseudocereales el amaranto ocupa una posición destacada: con un 13,6% aporta casi el doble de proteínas que el arroz integral y supera al trigo (11,4%), al alforfón (10%) y al mijo (10,5%).

Pero lo que hace al amaranto aún más extraordinario es el valor biológico de esas proteínas, ya que incluyen todos los aminoácidos esenciales (los que el organismo no es capaz de sintetizar y precisa recibir de los alimentos) en una proporción óptima para ser asimilados.

El amaranto es rico en minerales y oligoelementos, lo que lo hace muy reconstituyente. Es una gran fuente de calcio, superior a cualquier otro cereal, y aportan también una buena dosis de magnesio.

Se considera, asimismo, una excelente fuente de hierro (superior a las espinacas), así como de zinc y selenio, que estimulan el sistema inmunitario.

La nutrióloga Laura Romero y la dermatóloga Rossana Janina hablan de este rico alimento.

Presenta un excelente balance de aminoácidos (lisina, fenilalanina, leucina, valina, treonina, isoleucina, metionina, triptófano).

Entre un 50 y 60%, de almidón, lípidos de 7 a 8%, calcio, hierro, fósforo, potasio, zinc, ácido fólico y magnesio, así como vitamina A, B1, B2 B3, C y fibra.

Beneficios para tu salud

  1. Aumenta el rendimiento físico y mental

Se considera muy recomendable para personas que realicen un gran desgaste físico. Y también para estudiantes y otras personas que realizan actividades intelectuales.

Su bajo índice glucémico lo convierte en un buen alimento para el cerebro. Sus hidratos de carbono complejos, la fibra vegetal y sus proteínas contribuyen, en conjunto, a facilitar un suministro constante de glucosa a las neuronas.

  1. Amigo del corazón

Regula los niveles de colesterol sanguíneo impidiendo la reabsorción del colesterol que produce la bilis. El amaranto es más rico en grasas que la avena y estas son de gran calidad, principalmente poliinsaturadas. Por todo ello es un alimento cardiosaludable.

Además, posee compuestos fenólicos, de efecto antioxidante, y betasitosterol, que contribuye a disminuir el colesterol. Estos compuestos también son útiles en casos de hiperplasia benigna de la próstata.

  1. Fortalece los huesos

La combinación de calcio, magnesio y fósforo fortalece el sistema óseo y contribuye a proteger frente a la osteoporosis.

  1. Campeón en escualeno

Es escualeno es una sustancia grasa antioxidante con efectos protectores sobre la piel, el sistema circulatorio y los intestinos.

Esta sustancia se extraía del hígado de tiburón y se le atribuían propiedades anticancerígenas. El amaranto es una fuente vegetal abundante.

  1. Energía sana sin gluten para celíacos

El componente principal de esta semilla son los hidratos de carbono (59%), la gran mayoría de los cuales se encuentran en forma de almidón. Y no vienen acompañados de gluten como ocurre en otros cereales.

Como el índice glucémico es bajo también lo pueden tomar los diabéticos.

  1. Aporta más fibra que otros cereales

El contenido en fibra del amaranto (6,7%) es superior al de la mayoría de los cereales y contribuye a la buena marcha del intestino y al cuidado de la microbiota o flora intestinal.

Cómo cocinar el amaranto

En la cocina, el amaranto se trata como un cereal. Se puede tomar tostado, hervido, hinchado, en forma de harina o germinado, y puede servir para preparar recetas tanto dulces como saladas.

La semilla desprende un olor intenso cuando se cocina y su sabor es acentuado, por lo que algunas personas prefieren mezclarlo con otros cereales o legumbres para suavizarlo.

Para cocerlo se precisa una proporción de dos tazas y media de agua por una de semillas, aunque esto es solo aproximado, ya que fluctúa con la variedad.

Es importante mantener la cazuela tapada durante la cocción y, una vez absorbida el agua, retirarlo del fuego y dejarlo reposar diez minutos. Si se ha puesto en remojo antes, debe usarse menos agua o quedará apelmazado.

Añadiendo un trozo de alga kombu, cebolla y un tallo de apio al agua de cocción se obtiene un sabor más redondo, pues le van bien los caldos intensos.

Una vez cocido se puede usar, por ejemplo, para rellenar berenjenas, calabacines o tomates, preparar croquetas o dar consistencia a sopas y salsas.

Se suele condimentar con pimienta negra, mostaza y cilantro, aunque también hace buenas migas con laurel, ajo, ajedrea, tomillo o perejil.

En recetas dulces, la miel es su mejor compañera.

Finalmente, el grano puede emplearse como cereal, tostado y molido para elaborar harina y una gran cantidad de derivados, tales como: dulces artesanales, granola, harinas integrales, panificados, pastas, aceites comestibles, papillas para bebés, concentrados proteicos, barras energéticas y alimentos nutracéuticos especiales para enfermos diabéticos o con cáncer.

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