Nuestro invitado de turno en Cvltvral es uno de los mejores cantautores bolivianos que desde hace dos décadas vive en México, donde ha fortalecido su relación con la música y ha logrado hacerse un lugar de importancia en un medio donde la competencia es permanente. El mayor orgullo que tiene al momento, como él asevera, es poder vivir de, por y para la música, cosa que en definitiva no se logra sin trabajo responsable y talento. En esta exclusiva desde tierras aztecas nos enteramos de la actualidad de Rodrigo… sean todos bienvenidos al show.
¿Quién es Rodrigo Rojas?
Es la pregunta que le hago a diario al tipo del espejo. Me gusta que la respuesta no sea siempre la misma; todo cambia y uno no debe ser la excepción. Soy alguien que anda en la búsqueda constante, que quiere sumergirse muy hondo en la vida y las canciones me han servido de batiscafo. Aunque en ellas están algunas respuestas que creo haber encontrado, suelen estar más llenas de preguntas. Soy alguien que, como todos, se siente a veces deslumbrado ante la maravilla de existir y que tiene la fortuna de poder cantarlo.
¿Qué frase literaria te identifica?
Amo esta frase de Borges: “Para el artista todos son bienes, incluida la desdicha. Todo es arcilla para la obra. De modo que realmente no puede ocurrirme nada malo”.
¿Cuándo nace tu inquebrantable amor por la música?
Ese amor es herencia de mis padres, tíos y abuelos. Aunque nadie se dedicó formalmente a ella, la música formaba parte de nuestras vidas y de la historia familiar. En mi casa estaba presente, mis padres cantan muy bien y aún les gusta guitarrear. Tengo el recuerdo de escucharlos desde la cuna, cantando zambas, cuecas y chacareras con sus amigos. Hay otros hitos importantes en mi relación con la música; uno, cuando mi abuela me llevó al primer concierto al que fui, era de los Kjarkas y quedé impactado por el poder con el que transmitían los sentimientos. Otro fue cuando mi viejo me regaló un casette de los Beatles y su música estalló en mi interior como una revelación de la que nunca he dejado de aprender. Finalmente, la noche en la que un tío me presentó la música de Silvio y Sabina, quedé maravillado ante esa fusión de música y poesía y comencé a vislumbrar un camino de canciones dentro y fuera de mí.
¿De qué te gusta hablar en tus letras?
Me gusta que las canciones sean siempre una celebración de la vida, tanto de sus alegrías como de sus dolores o dificultades. Quizás por eso el tema central en mis composiciones suele ser el amor, en sus distintas facetas. He hablado mucho del amor de pareja, que siendo acaso uno de los más complejos, es también de los que más nos cuestionan y nos abisman al sentir, por tanto de los más cantables; aunque también he escrito mucho sobre la amistad, que es quizás una de sus formas más elevadas; sobre el amor familiar y sobre otros temas que creo que han conmovido a los artistas desde siempre: La felicidad, el dolor, la muerte, la libertad. Hace años me marcó una entrevista de Jodorowsky en la que decía que el arte no le interesaba si no era para sanar. Trato, en gran medida, de que mis canciones sirvan para eso mismo.
¿Cuántos discos tienes en tu haber?
Ya tengo 8 discos grabados. El primero fue producido en Bolivia hace exactamente 20 años y los demás en México. El más reciente se llama “Cantarsis” y fue grabado durante el confinamiento del año pasado.
¿Cómo se te da la oportunidad de irte a trabajar a tierras aztecas?
Me lancé a los 20 años a la aventura, con la guitarra al hombro, a ver qué pasaba. Mucho tuvo que ver una conversación que tuve con Alejandro Filio cuando visitó Bolivia, en la que me contó cómo estaba la movida cantautoril por acá. Primero llegué a estudiar música pero tuve la suerte de que a las dos semanas ya estaba tocando en lugares de trova y pop. El gran César Espada fue uno de los primeros en darme la oportunidad de subirme a un escenario. Poco a poco, fui conectando con el universo de los cantautores mexicanos y de otras nacionalidades, que vivían acá y a muchos de ellos les debo una enorme gratitud por haberme compartido su público.
¿Qué ha sido lo más satisfactoria de todos estos exitosos años en México y tierras aledañas?
Poder vivir de, por y para la música es un regalo que yo siempre agradezco, tanto a México como a Bolivia. Cada fin de semana, cuando me subo a un escenario a cantar mis canciones frente a gente que desea escucharlas siento que estoy cumpliendo el sueño con el que salí de mis tierras a estas otras, que ya siento mías también. Ha habido momentos hermosos y gratificantes para mí, como cuando grabé mi disco en vivo en el Lunario del Auditorio Nacional, o cuando recibí la beca María Grever para compositores.
Viendo en retrospectiva ¿Cuánto has cambiado en cuanto a tu forma de componer y de encarar la música?
Hay cosas que se van modificando y otras que no. Nunca ha dejado de parecerme un misterio eso que llaman “inspiración”. Por eso siempre trato de encarar una canción con la misma inocencia con la que escribí las primeras. Siempre hay algo de travesura en el acto de sentarme a componer, quizás porque para hacer mis primeros temas solía escaparme de clases. Sin embargo, me gusta creer que, aunque algunas temáticas se repitan, siempre hay un acercamiento distinto y más profundo a ellas. Quiero pensar que lo leído, lo escuchado, lo soñado y lo vivido me han ido cambiando y que lo seguirán haciendo, ojalá para bien.
Recientemente has dado un concierto virtual ¿Podemos ser optimistas y pensar que es la antesala a un nuevo disco?
Hemos hecho varios conciertos virtuales durante la pandemia y ha sido una forma muy interesante de seguir tendiendo puentes entre los artistas y el público. El disco “Cantarsis” surgió durante este extraño tiempo que hemos vivido y tiene mucho que ver con él. Es, precisamente, un disco que produje solo, recluído en el estudio. Solo un par de muy queridos músicos grabaron algunos valiosos aportes, pero el groso del disco y el resto de los instrumentos los toqué yo. Por eso tiene cierta intimidad y una sonoridad distinta a los anteriores. Apenas ahora retomaremos la gira de presentación de este trabajo, mientras tanto, sí, voy componiendo las canciones para el próximo álbum. Ya tengo varias listas.
