La embajadora de Suecia, Johanna Teague, celebró el Día Nacional de su país con un evento que rompió esquemas: una fiesta bailable vibrante y llena de energía. Lejos de las formalidades tradicionales, la Embajada optó por una velada, donde la música y el baile fueron los protagonistas, creando un ambiente de alegría y conexión entre los invitados que se reunieron en el piso 40 de Green Tower.
Al inicio del festejo patrio, el discurso de la embajadora Teague se centró en tres fuerzas fundamentales: el amor, la alegría y el agradecimiento, destacando cómo estas fuerzas no solo influyen en su vida personal, sino también en la presencia e impacto de Suecia en Bolivia.
EL PODER DEL AMOR
La embajadora enfatizó que el amor es el mayor poder humano. Resaltó la pasión de los bolivianos por sus convicciones y cómo la embajada demuestra un profundo amor por el medio ambiente y la Madre Tierraa través de acciones concretas, como la lucha contra el cambio climático y el apoyo a la conservación. Además, celebró la diversidad y los avances de Bolivia en derechos sexuales y reproductivos, como la reforma contra el matrimonio infantil, aunque subrayó la necesidad de seguir trabajando para que estos derechos sean una realidad para toda la población.
EL PODER DE LA ALEGRÍA
La embajadora explicó que la alegría de contribuir a un mundo mejor es una motivación clave. Mencionó la promoción de reformas gubernamentales suecas y las oportunidades de inversión en Bolivia en áreas como energías renovables e innovación. Asimismo, resaltó la alegría que brinda la música, destacando a Suecia como un gran exportador musical y extendiendo una invitación a disfrutar de la cultura sueca.
EL PODER DEL AGRADECIMIENTO
Finalmente, la embajadora expresó su agradecimiento a su equipo de la embajada, al que describió como «excepcional» y comprometido. Reconoció la fortaleza que se deriva de la colaboración con el «Equipo Europa» y las Naciones Unidas.
