Tercera Parte
Por. Equipo editor
Recordemos que…
La fiebre es también conocida como pirexia, es un aumento temporal de la temperatura corporal, generalmente como respuesta del cuerpo a una enfermedad o afección. Se considera fiebre cuando la temperatura oral es de 38°C (100.4°F) o superior. Esta elevación de la temperatura es un mecanismo de defensa natural del organismo.
Porqué se debe tener cuidado con la fiebre
La fiebre en sí misma no es una enfermedad, sino un signo de que algo está pasando en el cuerpo, generalmente una infección. Se define como una temperatura corporal elevada por encima de lo normal (generalmente se considera fiebre cuando la temperatura rectal es mayor de 38∘C o 100.4∘F).
Si bien una fiebre leve puede ser una respuesta natural y útil del cuerpo para combatir infecciones, una fiebre alta o prolongada puede conllevar ciertos riesgos.
Riesgos de la fiebre
- Deshidratación. Una temperatura corporal elevada aumenta la pérdida de líquidos a través del sudor. Si no se repone adecuadamente, puede llevar a la deshidratación, especialmente en niños pequeños y ancianos. Los signos de deshidratación incluyen boca seca, disminución de la orina, mareos y debilidad.
- Malestar general. La fiebre puede causar síntomas incómodos como dolor de cabeza, dolores musculares, escalofríos, fatiga y pérdida de apetito.
- Convulsiones febriles. En niños pequeños (generalmente entre los 6 meses y los 5 años), la fiebre alta puede desencadenar convulsiones febriles. Aunque la mayoría de estas convulsiones son breves e inofensivas, pueden ser alarmantes y, en raras ocasiones, pueden indicar un problema subyacente más grave.
- Complicaciones en enfermedades preexistentes. En personas con ciertas condiciones médicas preexistentes, como enfermedades cardíacas o respiratorias, la fiebre puede empeorar su estado.
- En casos muy raros, fiebre extremadamente alta (hiperpirexia, por encima de 41∘C o 106∘F) puede causar daño cerebral.
Cuidados para la fiebre para evitar consecuencias serias
El objetivo principal del cuidado de la fiebre es aliviar el malestar y prevenir la deshidratación. No siempre es necesario bajar la fiebre a la normalidad, especialmente si es leve y la persona se siente relativamente cómoda. Sin embargo, se deben tomar precauciones:
- Monitorear la temperatura. Toma la temperatura regularmente para estar al tanto de su evolución. Anota las lecturas, la hora y el método utilizado (oral, rectal, axilar).
- Mantenerse hidratado. Beber abundantes líquidos claros como agua, caldos, jugos diluidos o soluciones de rehidratación oral ayuda a prevenir la deshidratación.
- El reposo permite que el cuerpo concentre su energía en combatir la causa de la fiebre.
- Vestir ropa ligera. Evita abrigar demasiado a la persona con fiebre, ya que esto puede dificultar la pérdida de calor.
- Compresas tibias. Aplicar compresas tibias (no frías) en la frente, axilas e ingles puede ayudar a bajar la temperatura gradualmente. Evita los baños fríos, ya que pueden causar escalofríos y aumentar la temperatura interna.
- Medicamentos antipiréticos. Se pueden utilizar medicamentos de venta libre como paracetamol (acetaminofén) o ibuprofeno para bajar la fiebre y aliviar el malestar. Sigue siempre las indicaciones del prospecto o las recomendaciones de un profesional de la salud, especialmente en cuanto a la dosis y la frecuencia, sobre todo en niños. Nunca uses aspirina en niños o adolescentes con fiebre debido al riesgo de síndrome de Reye.
Cuándo buscar atención médica
Es importante buscar atención médica en los siguientes casos:
- Fiebre alta persistente (generalmente por encima de 39∘C o 102∘F).
- Fiebre en bebés menores de 3 meses.
- Fiebre acompañada de otros síntomas preocupantes como:
- Rigidez de cuello
- Dolor de cabeza intenso
- Erupción cutánea
- Dificultad para respirar
- Dolor en el pecho o abdomen
- Desorientación o confusión
- Convulsiones
- Signos de deshidratación severa (disminución importante de la orina, boca muy seca, mareos intensos)
- La fiebre dura más de unos pocos días.
- La fiebre desaparece y luego regresa.