El nuevo Papa, León XIV, tiene una estrecha relación con Perú, país en el que pasó gran parte de su vida y del que es ciudadano desde 2015.
El nuevo pontífice es el agustino estadounidense, Robert Prevost, quien desde 1985 venía desarrollando labores pastorales en diferentes lugares del país sudamericano, especialmente en el norte.
En 2014, después de muchos años yendo y viniendo entre su Chicago natal y tierras peruanas, el Papa Francisco lo nombró obispo de la diócesis de Chiclayo, en el departamento septentrional de Lambayeque.
Su primer mensaje como Papa ayer ha puesto de manifiesto la importancia que le concede a su experiencia peruana.
«Un saludo a todos aquellos, en modo particular, a mi querida Diócesis de Chiclayo, en el Perú, donde un pueblo fiel ha acompañado a su obispo, ha compartido su fe y dio tanto para seguir siendo Iglesia fiel de Jesucristo», sostuvo en español, dirigiéndose a la multitud reunida en la plaza San Pedro del Vaticano.
La presidenta de Perú, Dina Boluarte, señaló: «Su elección llena de orgullo y esperanza a nuestra nación, que fue su casa, su misión y su fe».
«AMABA PERÚ»
José Luis Pérez Guadalupe, ministro del Interior peruano entre 2015 y 2016, a quien le correspondió firmar la nacionalización de Prevost y con el que se reunió en numerosas ocasiones, le señaló a BBC Mundo que lo recuerda como «un hombre muy atento y muy reflexivo, que escuchaba más que hablaba».
Pérez Guadalupe es también téologo y criminólogo, y trabajó como asesor de los obispos peruanos, por lo que trató a menudo a Prevost.
«Hablábamos de temas pastorales y una de las preocupaciones era que la Iglesia católica estaba perdiendo fieles en América Latina por el aumento de las iglesias cristianas», le explicó a BBC Mundo. «Él era de la opinión de que había que acercar la iglesia a los fieles».
Otro asunto que les tocó tratar fue el de los abusos sexuales a menores dentro de la Iglesia, particularmente espinoso en Perú, donde la influyente comunidad del Sodalicio acumulaba denuncias desde hacía años, hasta que el Papa Francisco ordenó disolverla en una de las últimas decisiones de su pontificado.
«La línea de la Conferencia Episcopal peruana era la marcada por el Papa Francisco y en esa línea estaba también Prevost», recuerda Martínez Guadalupe.
Sin embargo, Prevost fue acusado de no investigar las denuncias de tres supuestas víctimas de abusos sexuales en la diócesis de Chiclayo, algo que tanto la diócesis como sus partidarios en Perú niegan enfáticamente.
Martínez Guadalupe sostuvo que, aunque permanecía sobre todo centrado en los temas pastorales, el obispo Prevost «estaba muy atento a la realidad de Perú».
En 2023, cuando Perú vivía una ola de protestas tras la caída del entonces presidente Pedro Castillo que se saldó con decenas de muertos, el entonces obispo Prevost les señaló a los medios peruanos que sentía «mucha tristeza y mucho dolor» y contó que le había pedido al Papa Francisco prolongar su estancia en el país.
«Se lo he dicho al Santo Padre; en cierto sentido no es el mejor momento para dejar el país. Yo quiero seguir acompañando al pueblo», sostuvo entonces.
El reverendo Fidel Purisaca Vigil, director de Comunicación de la diócesis de Chiclayo en la etapa de Prevost, le señaló a AP que como obispo siempre desayunaba y oraba junto a otros sacerdotes.
«No importaba cuántos fueran los problemas, siempre mantenía el buen humor y la alegría», le contó Purisaca a la agencia en un correo.
Como obispo de Chiclayo, recorrió también Huancayo, en el centro de Perú.
«Fue bastante cercano con nosotros», le afirmó el arzobispo de la ciudad, Luis Alberto Huamán, a la cadena peruana RPP, destacando también su «transparencia».
«Por su modo de ser como obispo, se notaba que amaba al Perú», agregó monseñor Huamán.
En su tiempo en Chiclayo, Prevost priorizó la cercanía con los fieles y acercar la institución a estos, coinciden quienes hablaron públicamente sobre su figura.
En 2018 fue elegido vicepresidente de la Conferencia Episcopal peruana y en 2023 el Papa Francisco lo llamó a Roma para asumir como prefecto del Dicasterio para los Obispos y presidente de la Pontificia Comisión para América Latina.
Ese fue el final de su etapa en Perú, pero no de sus lazos con un país al que, como dejó claro en su primer mensaje como Papa, lleva en el corazón.(BBC)