El escritor peruano Mario Vargas Llosa murió ayer a los 89 años en Lima, rodeado de sus familiares. Ganador del Premio Nobel de Literatura (2010), del Cervantes (1994) y del Príncipe de Asturias de las Letras (1986), era el último representante del llamado «boom latinoamericano», que junto a Gabriel García Márquez, Julio Cortázar y Carlos Fuentes, triunfó en todo el mundo.
Vargas Llosa era además integrante de la Academia Francesa, uno de los mayores honores culturales e intelectuales en Francia. Sus miembros son conocidos como les immortels (los inmortales), y solo hay 40 asientos, numerados y vitalicios.
Entre sus miembros destacados estuvieron Voltaire, Montesquieu, Victor Hugo y Alejandro Dumas.
El gobierno peruano decretó «Duelo Nacional el día 14 de abril» y anunció banderas a media asta en locales estatales con motivo del deceso, señaló un Decreto Supremo divulgado a medianoche.
Su disciplina y compromiso lo llevaron a producir una obra de asombrosa abundancia: 20 novelas, un libro de cuentos, 10 obras de teatro, 14 libros de ensayo, dos de crónicas y uno de memorias.
Estas son las obras de ficción más célebres del nobel de literatura nacido en 1936 en la ciudad peruana de Arequipa:
LA CIUDAD Y LOS PERROS
Con su primera novela, el autor peruano irrumpió en el panorama literario internacional de manera impactante, marcando también el inicio del llamado «Boom Latinoamericano», un movimiento literario que revolucionó la narrativa del siglo XX en lengua española.
A este grupo pertenecen también los mexicanos Carlos Fuentes, Juan Rulfo y Vicente Leñero, el colombiano Gabriel García Márquez, el argentino Julio Cortázar y el uruguayo Juan Carlos Onetti, entre otros.
La historia, inspirada en sus vivencias personales, transcurre en el Colegio Militar Leoncio Prado, ubicado en Lima. Un internado de formación castrense donde jóvenes adolescentes se preparan para una posible carrera militar.
El colegio, sin embargo, representa cómo era a ojos de Vargas Llosa la sociedad peruana de la época: autoritaria, violenta, machista y profundamente desigual.
Al momento de su publicación, Perú atravesaba un periodo de fuertes tensiones políticas y sociales tras la dictadura del general Manuel A. Odría (1948–1956), por lo que la publicación de la novela fue polémica hasta el punto de que el ejército peruano quiso censurarla.
A Vargas Llosa le traería fama internacional y repudio local.
CONVERSACIÓN EN LA CATEDRAL
Como figura clave de la literatura latinoamericana, su segunda novela de ficción tampoco defraudaría. Ambiciosa y compleja, «Conversación en La Catedral» fue considerada por muchos críticos como una de sus obras maestras.
El libro se caracteriza por los cambios constantes de narrador, de tiempos verbales y de escenas, lo que obliga al lector a reconstruir por sí mismo los hechos.
El 3 de octubre de 1968, el general Juan Velasco Alvarado lideró un golpe militar que derrocó a Fernando Belaúnde Terry, elegido en las urnas en 1963. En ese contexto y solo un año después se publicaría este libro.
La historia gira en torno a Santiago Zavala, conocido como «Zavalita», un joven periodista que acaba desilusionado, trabajando como redactor en un periódico sensacionalista y viviendo una vida gris.
Un día, se encuentra casualmente con un antiguo chofer de su padre, y juntos se sientan a conversar en un bar llamado precisamente «La Catedral». La conversación y los recuerdos de ambos sirven como eje central de la novela.
LA TÍA JULIA Y EL ESCRIBIDOR
En un caso de rebeldía tribal, Vargas Llosa contrajo matrimonio en 1955, cuando aún contaba con 19 años, con su tía materna, la boliviana Julia Urquidi, 11 años mayor que él y divorciada. El escándalo en la familia fue enorme, no solo por la edad, sino por el parentesco.
De su relación con ella y su trabajo en Radio Panamericana saldría una de sus novelas más exitosas y graciosas: «La tía Julia y el escribidor».
De nuevo, era una novela que contaba sus experiencias vitales, pero a diferencia de las anteriores obras, más densas y centradas en temas políticos, esta tiene un tono más ligero, casi humorístico y autobiográfico. Sí se mantiene la crítica al conservadurismo y clasismo de la sociedad peruana.
Cuando Vargas Llosa publicó «La tía Julia y el escribidor», ya era un autor consagrado en América Latina y Europa.
Julia Urquidi publicaría luego una suerte de respuesta en su libro de memorias «Lo que Varguitas no dijo».
LA GUERRA DEL FIN DEL MUNDO
Los críticos señalan que con este libro Vargas Llosa alcanzó la madurez literaria. Se nota, agrega la crítica literaria, en la épica y las disertaciones filosóficas latentes en toda la narración.
Con «La guerra del fin del mundo» el escritor vira hacia la novela histórica de ficción.
Los acontecimientos que inspiran la historia son reales y ocurrieron en Brasil a fines del siglo XIX: la llamada Guerra de Canudos (1896–1897) fue una sangrienta rebelión religiosa que tuvo lugar en 1897 en Canudos, Brasil, y encabezada por el mesiánico Antonio Conselheiro.
Vargas Llosa toma este hecho real como base para una novela en la que múltiples personajes cruzan sus caminos: periodistas, soldados, bandidos, intelectuales, prostitutas, campesinos y políticos. El lector asiste no solo a una guerra física, sino también a una colisión ideológica entre modernidad y tradición, razón y fe.
Lo que empezó como un guión para una película que nunca se filmó terminaría convirtiéndose en una de sus obras más ambiciosas.
Más adelante regresaría a la novela histórica con «El paraíso en la otra esquina» (2003) y «El sueño del celta» (2010).
LA FIESTA DEL CHIVO
En 2000, cuando nadie lo esperaba, volvió a publicar una novela total con «La fiesta del chivo», que rivalizaría con sus grandes logros en la escritura, como «Conversación en la catedral» o «La guerra del fin del mundo».
Era el regreso del Vargas Llosa que se metía en el fragor de los grandes acontecimientos políticos y de la violencia. Y también el regreso a un tema muy atractivo para los escritores latinoamericanos: el caudillo devenido en dictador.
En esta ocasión, el foco se sitúa en la República Dominicana y la figura del dictador Rafael Leónidas Trujillo, quien gobernó con mano de hierro entre 1930 y 1961. Cómo haría antes, Vargas Llosa escribió esta novela tras una profunda investigación documental y entrevistas.
La trama gira en torno a Urania Cabral, hija de un antiguo funcionario trujillista, que regresa a Santo Domingo después de décadas en el exilio. Su viaje es el hilo conductor emocional y sirve para explorar el trauma personal y colectivo de una sociedad marcada por el silencio y la complicidad.
La novela denuncia cómo muchos sectores sociales, élite, iglesia, militares, empresarios, fueron cómplices del régimen, y cómo el miedo disolvió la responsabilidad individual.
Su literatura «estuvo marcada por la pasión por la literatura y el compromiso con la exploración de la condición humana a través de sus historias», sostuvo La Casa de las Américas en su nota de despedida al genial escritor.(BBC)