sábado, febrero 8, 2025
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¡Alerta! Ataque especulativo, llamen a Sherlock Holmes

Sergio Pablo Garnica Pantoja

“Datos, datos, datos, no puedo fabricar ladrillos sin arcilla” es una frase del personaje de Sherlock Holmes, de Arthur Conan Doyle, en la historia El misterio de Copper Beeches. Me gusta pensar que los economistas compartimos con el mentado inglés esa necesidad de obtener datos para llegar a conclusiones objetivas sobre un fenómeno económico; sin embargo, la profesión económica aún está lejos de resolver misterios a partir de una información inconexa, coyuntural o una pista anodina como lo hace en muchas ocasiones Sherlock Holmes.
Esa capacidad hechizante de Holmes de resolver misterios a partir del más insignificante detalle, solo lo vi en una persona, un boliviano, y lo más extraño, en un economista. Me refiero al presidente Arce Catacora, digo extraño porque todo economista que se jacte de profesional no podría resolver el misterio de la actual crisis atribuyendo el origen de ésta a un ataque especulativo, pero el gobernante está tan seguro de su conjetura que lo lleva a cometer exabruptos como: “los cambitas están jugando sucio” o “con el pretexto del dólar las caseritas suben los precios” y, por tanto, sus soluciones solo se limitan a controles fronterizos, amenazas de confiscación, centros de monitoreo y creación de empresas públicas de alimentos.
Una pregunta con estilo de Holmes sería ¿Por qué se originan los ataques especulativos? La respuesta más acertada, desde mi punto de vista, es precisamente la falta de datos o de información confiable, por ejemplo, desde que el Banco Central (BCB) dejó de informar semanalmente el nivel de las Reservas Internacionales e información monetaria y financiera, y se limitó a un escueto informe tres veces al año en el caso de las RIN y mensualmente con un rezago de seis meses la otra información, o en el caso de la inflación, la incongruencia entre la información oficial y la percepción en las ferias, el público adoptó una actitud racional y de mercado: abastecerse de dólares y bienes, porque si hoy no sé a dónde ir, mañana estaré totalmente perdido.
Este comportamiento del público está enraizado en otro concepto fundamental en economía: la confianza, los ataque especulativos solo se pueden gestar cuando se pierde la confianza en los hacedores de política, un contra ejemplo es lo sucedido en Chile en el 2022, cuando el peso chileno paso la barrera psicológica de los 1000 pesos por dólar; el Banco Central chileno intervino el mercado cambiario dotándolo de USD 25 mil millones (eso es más del 60% de lo que produce Bolivia en un año) para que la moneda local se estabilice. El efecto fue inmediato porque el público sabe de la seriedad, independencia y profesionalismo de esa entidad.
Al respecto, la confianza en una entidad financiera se fundamenta en la solvencia y liquidez; según informe del BCB al 31 de diciembre de 2024 el país cuenta con USD 46.8 millones en reservas liquidas (divisas) y en el 2025 solo en pago de intereses de la deuda externa se tiene que pagar algo de USD 109 millones, es decir, el ente emisor no tiene la liquidez y si no son tomadas medidas urgentes pronto no será solvente.
Ejemplos como los del BCB se aplican a otras entidades fundamentales para la economía boliviana, como las reservas de gas con las que cuenta el país, detalles de los contratos de explotación de litio, información oportuna sobre la actividad económica. Sobre este último punto, solo se tiene el Índice Global de Actividad Económica (IGAE) que elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE) y que se lo presenta junto al PIB (trimestralmente) con rezago de hasta seis meses, mientras en otros países esta información es mensual y sirve de adelanto para responder misterios sobre cómo le está yendo y cómo le puede ir a una economía.
A esta altura debe quedar claro que los ataques especulativos son producto de la falta de información y que solo pueden afectar cuando se pierde la confianza en la capacidad del Gobierno de afrontar esos ataques. Lo que viene a continuación es mucho más complicado, mucho más abstracto, imaginativo, si me permite calificarlo de esa manera, es suponer que los productores quieren derrocar al gobierno mediante el ocultamiento de productos y que no les importa el bienestar de la población boliviana, para eso se tiene que aislar los efectos de la escasez de dólares, combustible, el incremento de los costos de producción, la contracción de la demanda interna, la pérdida de mercados externos, los bloqueos, el factor climático, etc.
Para resolver ese misterio me declaro insuficiente, porque necesito datos, datos y más datos. Mejor llamen a Sherlock Holmes.

El autor es Analista económico y financiero.

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