Unos 5,4 millones de personas sufren inseguridad alimentaria aguda en Haití, aproximadamente la mitad de la población, según un nuevo informe de la ONU que implica para el país caribeño niveles récord de hambre, en un contexto en el que se reclama una mayor implicación política y financiera por parte de la comunidad internacional.
El último informe de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases (CIF) identifica la situación en Haití como uno de los contextos más preocupantes de todo el mundo, con dos millones de personas dentro del denominado nivel de emergencia, sólo un escalón por encima de la hambruna. Al menos 6.000 personas que viven en campamentos de desplazados en la capital, Puerto Príncipe, están dentro de esta última fase de la CIF.
En total, unas 700.000 personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares, gran parte de las cuales han terminado en unos cien enclaves repartidos por toda la capital y que suelen estar saturados y carecer de los servicios y suministros básicos, con un elevado riesgo de que se propaguen enfermedades teóricamente prevenibles.
La directora ejecutiva del Programa Mundial de Alimentos, Cindy McCain, ha llamado a «no dar la espalda a la peor emergencia de hambre en el hemisferio occidental» y ha reclamado un aumento «masivo» de la ayuda, teniendo en cuenta también que de ello depende resolver la crisis en su conjunto. «No puede haber seguridad ni estabilidad en Haití cuando millones de personas se enfrentan a la hambruna», ha advertido en un comunicado.
Las agencias humanitarias necesitan 230 millones de dólares (unos 206 millones de euros) para poner en práctica los programas previstos sólo este año. A los límites de financiación se suman, además, bloqueos relativos a la inseguridad, ya que las organizaciones siguen teniendo difícil acceder a determinadas zonas controladas por bandas armadas. (EP)